jueves, 31 de enero de 2008

CARTA DE UN ESTUDIANTE CUALQUIERA

Estimado lector:
Si estás leyendo ésto significa que he reventado. Las palabras en mi interior hacían demasiada fuerza para salir y no he podido contenerlas más. Y todo eso ha ocurrido a raíz de darme cuenta de lo que soy: soy mercancía, soy carnaza para el capitalismo.
Todos los días me despierto muy temprano para acudir pronto a un lugar al que llaman universidad. En teoría, éste está para transmitirme conocimiento y formarme intelectualmente y como persona, pero la carrera que estudio ni siquiera me llena.

Día a día recibo información que me es inútil, o al menos me la trasmiten de forma que la percibo como inútil. Noto que lo que de verdad sé, lo que de verdad aprendo, no me lo han enseñado en la universidad, porque lo que me enseñan en ésta se olvida pasadas dos semanas de haber hecho el examen (exámenes, de los cuales hablaré más adelante), sino que lo que de veras aprendo, lo he aprendido por mí mismo, a base de leer e interesarme por diversos temas por mi cuenta, sin que nadie me haya "obligado" a aprenderlo, o me haya "amenazado" con suspender si no me lo aprendo. Hay quien me dice que, aunque la universidad no me aporte conocimientos directamente, sí me invita a conocer el mundo por mí mismo, y yo respondo que entonces es una pena que no haga lo mismo con todos sus alumnos.

En la universidad me dan todos esos "conocimientos" que tengo que tener para poder acceder a eso que llaman mercado laboral. Aún no conozco mucho ese mercado, pero lo poco que he oído sobre él no me ha dado demasiada buena espina: trabajos basura, explotación laboral, no llegar a fin de mes, mileuristas,...Ese mundo de mierda que me aguarda tras pasar por la universidad es para el que me pretenden preparar en la misma. Y no me están preparando para hacerlo más agradable, sino para saber adaptarme a él, aunque no me guste un pelo.

Mi vida tiene poco sentido, en la universidad no me preparan para vivir, sino para sobrevivir. Los que realmente viven son los dueños del mercado laboral, los que parten el bacalao y manejan el cotarro, esos a los que llaman empresarios. ¡Esos tipos sí que son grandes! Pueden decidir sobre su vida, ellos mandan. Si ellos dicen que las cosas son "así", pues entonces "así" serán las cosas, y no hay más. Pero claro, sólo unos pocos pueden llegar a ser empresarios, sólo los que son "competitivos y productivos", en definitiva, los que mejor se ajustan al modelo que se persigue en la civilización de hoy.

¿Y cómo determinar quién es competitivo y quién no lo es? ¿Quién es productivo y quién no? Para determinar esto se crearon los exámenes. Cada cierto tiempo, en la universidad me ponen un examen que evalúa mis conocimientos (los que me dan en la universidad, claro. Porque los que adquiero por cuenta propia suelen chocar frontalmente con los necesarios para ser "competitivo y productivo"). Según la nota que saque y la cantidad de alumnos que haya con notas altas, seré productivo o no lo seré. Si todos sacan un 7 y yo un 9, seré la persona más productiva, y mi acceso al "paraíso" del mundo laboral estará más asegurado que el del resto. Ahora bien, si todos sacan un 9´75, mi 9 no servirá de nada. Aunque tenga exactamente los mismos conocimientos que en el caso anterior, ya no seré productivo, porque ya hay personas más productivas que yo.

El caso es que no todos los seres humanos valen para acceder al mercado laboral y vivir dentro de él en una situación digna, por lo que es necesario seleccionar a unos y quitarse de en medio a otros. Y para saber a quién hay que escoger y a quién hay que quitarse de en medio se creó la universidad.

Atentamente, un estudiante cualquiera.

viernes, 25 de enero de 2008

DEMOCRACIA, ANARQUÍA Y CRIMEN (II)

Con frecuencia, a la hora de defender la legalidad de las drogas (la cocaína, por ejemplo) mucha gente tiende a oponerse ya que, si cualquier persona puede entrar a una tienda y comprar unos gramos de cocaína...¡¿Qué va a ser esto?!...¡Un mundo de yonquis drogadictos!... Estas personas piensan que por el hecho de que una droga sea legal la gente va a empezar a consumirla, y no creo que sea así. Tú, lector, que eres una persona que no consume cocaína: si ésta fuese legal y pudieras adquirirla en una tienda de chinos de barrio, o en el bar de la esquina, o en cualquier estanco, ¿la consumirías? No, porque tú no consumes cocaína, pero no por el hecho de que no sea legal, sino porque sabes las consecuencias que te va a traer. Aunque la cocaína fuese legal tú seguirías sin consumirla. Lo cierto es que quien no consume cocaína es porque no quiere, no porque no puede. A día de hoy la cocaína es ilegal, y la gente que la quiere consumir, la consume sin más. Si la cocaína se legaliza, el número de consumidores no es probable que aumente, sino que permanezca igual.
Ahora extendamos esto al campo del crimen:
Con frecuencia, a la hora de defender la ausencia de ley (prohibido matar, por ejemplo) mucha gente tiende a oponerse ya que, si cualquier persona puede matar a sangre fría y salir impune...¡¿Qué va a ser esto?!...¡Un mundo de asesinos sin escrúpulos!... Estas personas piensan que por el hecho de que no haya ley la gente va a empezar a matar, y no creo que sea así. Tú, lector, que eres una persona que no mata: si pudieses matar a quien se te antojase, ¿lo harías? No, porque tú no matas, pero no por el hecho de que matar sea ilegal, sino porque sabes que es una inmoralidad que causa mucho dolor y sufrimiento, y te sentirías muy mal contigo mismo. Aunque matar fuese legal tú seguirías sin matar. Lo cierto es que quien no mata es porque no quiere, no porque no puede. A día de hoy, matar es ilegal, y la gente que quiere matar, mata sin más. Si el asesinato se legaliza, el número de asesinos no es probable que aumente, sino que permanezca igual.
Por lo tanto, no entiendo ese temor de la gente a que no exista ley (y tampoco a que se legalice la cocaína, por cierto). La gente que no comete delitos no deja de cometerlos porque sean ilegales; y la gente que los comete, lo hace incluso con el peso de la ley recayendo sobre sus cuerpos. Vemos entonces que la ley solamente existe para castigar al delincuente, pero no para erradicar el crimen. Si se quiere erradicar el crimen se debe hacer lo que decía en la entrada anterior, que es lo que sostienen los anarquistas: eliminar las condiciones sociales que favorecen la emergencia del crimen.

jueves, 24 de enero de 2008

DEMOCRACIA, ANARQUÍA Y CRIMEN

Me río de todos aquellos que apoyan la mano dura contra los delincuentes. Me río de todos aquellos que piensan que por el hecho de endurecer las penas van a erradicar los delitos, ni siquiera creo que los logren reducir significativamente.
Si yo soy un graffitero al que le gusta "decorar" las paredes con spray, ya pueden advertirme de que si me pillan me caerán 10.000€ de multa, que no por ello voy a dejar de desarrollar mi "arte". Seré más cauto a la hora de hacerlo si se quiere, pero no voy a dejar de pintar.
Cuando una persona comete un delito a sabiendas de que aquello que está haciendo es punible por la ley, no piensa en no hacerlo "porque como le pillen se la carga...", sino que piensa en cómo apañárselas para que no le pillen. Si yo soy un asesino en serie, ya me pueden amenazar con que mi víctima lleva escolta, que me las apañaré para sortear a ese escolta; ya me pueden decir que si me pillan se me condenará a la más cruel de las torturas, que me las apañaré para que no me pillen y evitaré así esa temible tortura; en definitiva, ya me pueden amenazar con todo tipo de obstáculos y trabas para cometer mi crimen, que me las apañaré para sortearlos y, finalmente, delinquir.
¿Acaso creíais que con vuestra cadena perpetua ibais a hacer que yo pensase algo así como "¡Uy, uy, uy...mejor no cometo el delito, que como me pillen!..."? ¡Pues no!, estáis muy equivocados, más bien lo que pienso es "¿Cadena perpetua?...¡Buah!, eso será si me pillan, pero como no me van a pillar...¡adelante pues!".
Una persona no comete un delito pensando en que le van a pillar, sino que lo comete pensando en que va a lograr escapar. Ya me podéis amenazar con quitarme los ocho puntos del carnet de una tirada, que las probabilidades de que me pilléis en un control son escasísimas, así que venga: "¡Quemando rueda a 200 km/h!".
Si se quiere erradicar (o reducir) el delito, no basta con imponer leyes duras y estrictas. Bueno, no es que no "baste", ¡es que no SIRVE!. Si se quiere erradicar un delito, la mejor forma de hacerlo es eliminar la causa que genera ese delito, es decir, eliminar las condiciones sociales y culturales que crean el caldo de cultivo para que ese delito se produzca. Este es más o menos el argumento que esgrimen los anarquistas cuando son preguntados "¿qué haríais con los delincuentes en una sociedad anarquista?, ya que no habría policía para detenerles". No me considero anarquista, pero desde luego no es mala teoría ésta de considerar el delito como el efecto de una causa. Realmente es una teoría que, de llevarse a la práctica, quizá no consiguiese erradicar la delincuencia por completo, pero sí que la lograría reducir drásticamente, creo que incluso más que todas las leyes y sistemas penitenciarios habidos y por haber en la historia de la humanidad.
No os pongáis a dictar leyes para castigar al delincuente. Preguntaos mejor cuál ha sido la causa de que el delincuente haya cometido el delito, es decir, preguntaos qué es lo que ha hecho que el delincuente haya cometido el delito, qué condiciones sociales y culturales se han dado en la vida del delincuente que le han empujado a cometer ese delito y, una vez halladas esas condiciones sociales y culturales por las que ese delito ha sido cometido, eliminad definitivamente dichas condiciones sociales y culturales, y os garantizo que ese tipo de delito no volverá a cometerse jamás.
La "democracia" busca acabar con el crimen eliminando al delincuente. La anarquía busca acabar con el crimen eliminando al propio crimen. Y ahora os pregunto: ¿Cuál de los dos sistemas es más efectivo para erradicar el crimen?

sábado, 19 de enero de 2008

DAVID Y GOLIAT YA SON LIBRES

La señora ha decidido que "competencia" es permitir que Goliat pueda ejercer toda su fuerza contra David. "Libertad" quiere decir que Goliat es "libre" de aplastar a David con su más absoluta brutalidad. Señoras y señores: En la Comunidad de Madrid los grandes comercios podrán abrir también los domingos, porque son libres. Del mismo modo que los dueños de los pequeños comercios también son "libres" para apretarse el cinturón y someterse al ritmo de los grandes comercios. Los trabajadores también son "libres" para trabajar los domingos, ya que muchos de los dueños de los pequeños comercios tienen tanta "libertad" que no pueden permitirse contratar más personal. Esto puede provocar que muchos trabajadores de los pequeños comercios no puedan trabajar también los domingos, por lo que cambiarán de trabajo (o al menos lo intentarán), y posiblemente se vayan a trabajar a los grandes comercios, que sin duda se pueden permitir el lujo de contratar más personal. Así, los pequeños comercios pueden verse obligados a quebrar, y un montón de gente a la puta calle. ¡Bendito capitalismo!
Pero bueno, no todo está tan mal: ¡la economía se reforzará! ¡Es un paso adelante en el mundo del libre comercio! Las empresas podrán competir con mayor ferocidad y eficiencia. Parece ser que lo que la señora Esperrancia Aguirre entiende por competencia es que las grandes empresas puedan competir entre sí, y que las pequeñas empresas y pequeños comercios...¿Eso qué es? Nos olvidamos de ellos. Competencia entre grandes. Aniquilamiento de grandes a pequeños. Los pequeños comercios no compiten con los grandes. Bueno, sí que compiten, pero del mismo modo que yo puedo competir montado en un Seiscientos contra Fernando Alonso montado en su Fórmula 1. Es decir, no estamos en igualdad de condiciones. Si de verdad queremos hablar de competencia, deberemos hablar de igualdad de condiciones, porque si no es así, estaríamos hablando prácticamente de monopolio, ese monstruo tan temido por los liberales, como Aguirre, que es quien a su vez parece que quiere crearlo, haciendo posible la competencia desigual.
Esta medida de abrir los domingos beneficia únicamente a los dueños de las grandes empresas, que van a a poder sacar más tajada de la que sacaban, que no era poca. Si es que el dinero es como el amor, que cuanto más se tiene; más se quiere.
Y como siempre, ya han salido los estúpidos de siempre (Federico Jiménez Losantos y la pedorra que le acompaña en su programa de Libertad Digital, una tal Rosana creo recordar) diciendo lo felices que van a ser, "compra que te compra" en las tiendas día sí, día también.
Hasta ahora, David luchaba contra Goliat sin estar atado de pies y manos. Goliat por el contrario estaba atado de manos, por lo que sólo podía utilizar los pies contra David. Esta aparente desigualdad se veía compensada por la notablemente mayor masa corporal y fuerza de Goliat sobre David, por lo que podríamos decir que el combate estaba más o menos igualado. No obstante, la presidenta del PP en la Comunidad de Madrid pensó que Goliat estaba en desigualdad de condiciones, y ha decidido soltarle también las manos, por lo que a su juicio el combate ya está realmente "igualado". Ahora, Goliat puede hacer uso de sus manos para poder eliminar a David con mucha más facilidad. ¡Bendita libertad de comercio y bendito capitalismo! ¡Alabada sea Esperanza Aguirre, árbitro imparcial donde los haya!

miércoles, 16 de enero de 2008

AGUIRRE, GALLARDÓN Y LA DEMOCRACIA

¡Caray!, ¡Si es que son como niños! Peleándose por ver quién es el favorito de Papá-Rajoy. Me refiero, cómo no, a Alberto Ruiz Gallardón y a Esperanza Aguirre, el sector más socialdemócrata y el más neoliberal del PP respectivamente. Ambos han contemplado la posibilidad de estar en las listas del PP en el Congreso de los Diputados de cara a las próximas elecciones (para las que quedan menos de dos meses, por cierto), Aguirre abandonaría la presidencia de la Comunidad de Madrid, ya que este cargo no es compatible con el de diputado en el Congreso; y Gallardón podría combinar ambas tareas: Diputado y Alcalde.
¿Quién dijo democracia? Se supone que cuando el pueblo elige un gobernante, aquél espera de éste que gobierne, es de sentido común, no que dé la espantada y abandone el cargo para el que ha sido elegido en busca de mayores cotas de poder (no es lo mismo detentar el poder a nivel municipal o provincial, que a nivel nacional). Sin embargo, estos dos personajillos que tanto alardean de democracia se pasan por el arco del triunfo uno de los aspectos más importantes de ésta, que es el hecho de que el pueblo designe unos gobernantes para ejercer unos cargos determinados, no para que puedan aspirar a más poder. Es muy triste además que Esperanza Aguirre se comporte de ese modo ante la intención de Gallardón de ir al Congreso pues, mientras éste puede ser diputado y alcalde a la vez, Aguirre tendría que abandonar el puesto para el que ha sido elegida por el pueblo. Y lo peor es que lo hace por mera pataleta, porque le da rabia que Gallardón sea el ojito derecho de Rajoy y no ella. Es decir, antepone sus intereses personales a los generales, cuando debería ser al revés, puesto que ha sido elegida para eso: para ir en favor del interés general.
Al final, Papá-Rajoy les ha dicho que dejen de fumar crack y que se queden donde están (bien por Rajoy, por cierto), que para eso les votó el pueblo: para que fuesen presidenta y alcalde, y no diputados en el Congreso.
Además, en caso de que Gallardón hubiera ido a las listas, ¿quién habría ocupado la Alcaldía de Madrid? Lo más lógico en una democracia sería que el pueblo designara un nuevo alcalde, que se celebrasen unas nuevas elecciones, pero amigos: no hubiera habido nada de eso. De hecho, es posible que tras el 9-M Gallardón abandone la política, y el Ayuntamiento de Madrid quede directamente en manos de...¡Ana Botella! ¿Y quién ha votado a Ana Botella? NADIE. Pero buen hombre, ¿acaso pensaba usted que en democracia se elegía un gobernante concreto? No, en democracia lo que usted elige es un gobernante junto con toda una retahíla de "herederos" que le sucedan en caso de que este "abdique" (renuncie al cargo), algo así como una especie de monarquía a lo municipal. Es vergonzoso. O sea, que de ser cierta la información del diario ABC, en Madrid vamos a tener una alcaldesa a la que nadie ha votado, algo parecido a lo que hay en Lizarza. Eso es lo que yo llamo democracia, y lo demás son tonterías.
Por otra parte, a pesar de que el PP es un partido que repudia el nacionalismo, la actitud que Gallardón está demostrando tiene un color notablemente nacionalista. ¿O acaso eso de "que se oiga la voz de Madrid" en el Congreso no es nacionalista en cierto modo?
Rajoy ha decidido pasar de Espe(culación)ranza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón y ha preferido hacer un mejor fichaje para sus listas: ¡Manuel Pizarro!, el ex-presidente de Endesa, que actualmente forma parte del Consejo de Administración de Telefónica. Un hombre que puede ganar unos 3´6 millones de euros y en más de un círculo de opinión se ha hablado de su "catalanofobia". ¿Quién mejor que él puede representar al pueblo (esos mileuristas que se hipotecan por tríos) en las cortes? ¿Acaso insinuáis que un empresario podrido de dinero no representará correctamente al pueblo, a la clase obrera, a la clase asalariada? ¡Por favor! ¡Qué poca fe tenéis en la democracia!
Meteos esta democracia por donde os quepa. Y ahora me voy al baño, que me están entrando ganas de "democracia".

lunes, 14 de enero de 2008

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LA OPINIÓN PÚBLICA (I)

Como ya adelanté en una entrada anterior , me encontraba realizando un trabajo sobre la influencia de los medios en la Opinión Pública. El trabajo ya está finalizado, y lo publico aquí dividido en tres partes para hacer su lectura más fácil.

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LA OPINIÓN PÚBLICA

Introducción.
El filósofo griego Platón, entendía la opinión como un punto intermedio entre el conocimiento y la ignorancia. La opinión no es episteme (ciencia), sino doxa (creencia), es un conocimiento parcial propio de la mayoría, a diferencia de la ciencia, que es un conocimiento reservado a unos pocos. Más adelante, en la Edad Media, autores como Maquiavelo entienden la opinión como la imagen que los súbditos tienen del príncipe, por lo que para gobernar sólo será necesario conocer la imagen que el pueblo tiene de los gobernantes y ofrecérsela.
“Opinión Pública” es un concepto con muchas definiciones, por lo que sería en cierto modo inconsciente tratar de darle una definición en concreto.
Tras haber realizado el presente trabajo, mi definición de opinión pública sería “lo que es sabido que piensa la inmensa mayoría de la sociedad acerca de un tema de actualidad”.
La Opinión Pública puede ser lo que piensa el público sobre los asuntos de interés general, pero también puede ser lo que los medios de comunicación dicen que es, es decir, aquellas opiniones que por una razón u otra son dominantes en el espacio informativo. En este sentido, los medios pueden convertirse en creadores de opinión pública y, por extensión, en creadores de corrientes ideológicas simpatizantes con aquellas que poseen los dueños de dichos medios de información.
A lo largo de este trabajo he pretendido dar a conocer algunas definiciones del término “Opinión Pública” de diversos teóricos de la información, así como la formación de ésta y algunas de las técnicas utilizadas por los medios para “secuestrarla”. También ofreceré algunos ejemplos de manipulación y uso de la Opinión Pública a través de los medios de comunicación para la obtención de unos beneficios y la defensa de unos intereses, expondré distintas teorías sobre los efectos persuasivos de los medios de comunicación en la población, y hablaré de las tendencias que tiene el público al exponerse al poder de los medios, tendencias que hacen más fácil la labor persuasiva de los medios. Los medios de comunicación tienen más poder del que imaginamos.

La Opinión Pública. Definición.
Muchos son los teóricos de la información que han estudiado el fenómeno de la opinión pública, por lo que muchas son las definiciones que se dan del concepto. A continuación, vamos a dar algunas de ellas y vamos a tratar de averiguar de qué estamos hablando cuando hablamos de la “Opinión Pública”.
La Opinión Pública está formada por un sector de la población que expresa sus puntos de vista con respecto del poder o la sociedad. La Opinión Pública puede ser lo que piensa la gente sobre los asuntos de interés general, pero también puede ser lo que los medios de comunicación dicen que es, es decir, aquellas opiniones que por una razón u otra son dominantes en el espacio informativo.
La Opinión Pública es considerada en muchos casos la expresión de la soberanía popular, que busca representar el peso del pueblo en las tareas de gobierno, legitimando y controlando el poder y el sistema democrático. Es una especie de fuerza política que controla lo que tiene lugar en torno a la cosa pública, un cuarto poder que vigila y apoya a los tres poderes en los que está basado todo Estado de derecho.
Entre la Opinión Pública y los medios de comunicación se establece un fenómeno de retroalimentación, que consiste en que la Opinión Pública influye en las decisiones tomadas por las autoridades y, a su vez, las acciones de éstas influyen sobre la Opinión Pública.
Cándido Monzón señala que, en cierto modo, a lo largo de la historia siempre han existido fenómenos de Opinión Pública, porque siempre ha habido comunidades o pueblos cuyos miembros mantienen relaciones sociales unos con otros. En estas comunidades siempre hay una autoridad que dirige la sociedad, por lo que necesariamente debe aparecer una comunicación política entre gobernantes y gobernados, y éstos han de participar en los asuntos públicos, creándose así una Opinión Pública.
Algunos pensadores de finales del s. XIX, contemplaron la Opinión Pública como un producto de una fuerza instintiva adornada de razones, en lugar de un fruto salido a partir de un debate razonado. Así, dirán que la Opinión Pública no se reconoce en la razón, la reflexión o el diálogo público, sino en los estereotipos que encubren los impulsos de las multitudes. Por el contrario, los liberales sostendrán que la Opinión Pública es una expresión razonable y razonada, aunque los teóricos de la sociedad de masas le añadirán el carácter de mediatizada, mediocre e impersonal, y dirán que las técnicas de persuasión, el poder de las clases dominantes y el control que éstas ejercerán sobre los medios, permitirán tener a la Opinión Pública secuestrada.
A día de hoy, la Opinión Pública más que un fenómeno de mayorías es un fenómeno de minorías cualificadas que, gracias a su poder, capacidad de liderazgo y prestigio, arrastran tras de sí a las multitudes.
La Opinión Pública es pública en tres sentidos:
-En cuanto que su sujeto es el público.
-En cuanto que se hace accesible a todo el mundo, se hace pública.
-En cuanto se dirige a la res pública, a los asuntos de interés público.

La Opinión Pública internacional
Sólo se diferencia de la nacional en que los acontecimientos que entran en juego gozan de una mayor dimensión.
M. Merle dice que la Opinión Pública internacional nace a partir de opiniones nacionales representadas a través de un representante, a partir de consensos facilitados por los medios de comunicación, o a partir de la actividad militante de ciertos grupos que defienden causas transnacionales.La Opinión Pública internacional se expresa a través de foros y conferencias de ámbito internacional, y está ayudada por los medios de comunicación. Su origen no se encuentra tanto en el pueblo como en los organismos de poder, lo que la hace fuertemente mediatizada desde arriba, dejando en un lugar secundario al público internacional. Suele intervenir para denunciar abusos de poder, para defender derechos y libertades o para dar a conocer la existencia de una conciencia colectiva, pública, viva y universal sensible a los problemas de la humanidad.

Los medios de comunicación.
Los mass-media son vehículos a través de los cuales se construyen cogniciones socialmente compartidas y formas de interpretar la realidad.
Alimentan el flujo de la Opinión Pública creando tendencias en ella. La proveen de objetos de atención y pensamiento, así como explicaciones relativas a ellos.
Los medios de comunicación hacen sentir al espectador partícipe de los acontecimientos que observa, los cuales son los que los medios le muestran, pues a la vez se le están ocultando otros que están sucediendo en el mismo momento.
Los medios de comunicación están en manos de empresas multimillonarias que únicamente velan por su interés. Así por ejemplo, tal y como señala Ignacio Ramonet en Cómo nos venden la moto, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE afilian al servicio de sus ideas a centros de investigación, universidades y fundaciones mediante su financiación. Estos centros propagan y afinan la información financiada a través de esas entidades multimillonarias, creando un pensamiento único en la sociedad acorde con los intereses de estas entidades. La información será recogida y reproducida por los grandes medios de información en manos de poderosos grupos industriales y financieros que crean mensajes y los repiten hasta la saciedad, a través de satélites para llegar a todo el mundo modificando las palabras y conductas de los gobernantes, convirtiendo la información en manipulación.Hasta hace poco, informar era describir un hecho y establecer una serie de parámetros que permiten al espectador comprender su significación, pero hoy en día informar es mostrar la historia en marcha, hacernos asistir en directo al acontecimiento. La imagen del acontecimiento basta para darle toda su significación, el objetivo del ciudadano no es ya comprender el acontecimiento, sino verlo. Con esto, la televisión condena a todos aquellos acontecimientos que no tienen imágenes al silencio.

Cómo se forma la Opinión Pública.
La conciencia existente en los miembros de un grupo de formar una colectividad que mantiene opiniones semejantes con respecto a un tema, las discrepancias en torno a un acontecimiento entre dos públicos o entre todos y el poder, o la misma mediatización de la opinión, constituyen la Opinión Pública.
V. Rovigatti dice que la información es la que hace posible el paso de un conjunto de opiniones individuales a una única Opinión Pública. “La información crea un aglutinamiento de opiniones individuales y determina entre los opinantes la conciencia de formar parte de un grupo que tiene su propia fuerza de presión en la realidad social”.
Normalmente, suele tener lugar un proceso de retroalimentación. Una información es introducida a través de un medio dentro de un clima de opinión. Esa información se transforma en Opinión Pública, que da lugar a una serie de reacciones de las que resulta la adquisición de unos comportamientos determinados. Estos comportamientos serán el sujeto de una nueva información, y así sucesivamente.
El ambiente en el que se desarrolla un grupo social también interviene en la formación de la Opinión Pública. Las opiniones individuales, los patrones culturales y las decisiones de poder contribuyen a crear una Opinión Pública que puede estar orientada en un sentido o en otro. También hay quien dice que la Opinión Pública surge como objeto de estudio en cuanto las comunidades humanas se tornan lo suficientemente complejas como para dar lugar a la emergencia de pensadores, por lo que, según esto, la Opinión Pública como tal ha existido incluso en tiempos antes de Cristo.

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LA OPINIÓN PÚBLICA (II)

Influir en la Opinión Pública.
Los esfuerzos bélicos de principios del siglo XX requerían que la población se sintiese unida por algún sentimiento tal como amar a la patria u odiar al enemigo. En este aspecto, la propaganda jugó un papel esencial. Los mensajes transmitidos a través de folletos, periódicos y demás medios de comunicación, lograron persuadir a la Opinión Pública de aquellas opiniones que interesaban al poder, y ejemplos de ello los encontramos en la época del nazismo, donde la sociedad alemana llegó a tener un alto grado de convencimiento de que lo que decía Hitler acerca de la superioridad de la raza aria era cierto.
La Opinión Pública es (o está en función de) lo que deciden los líderes políticos, y sobre todo las personas que controlan los medios de comunicación. Los intereses de éstos mueven a la Opinión Pública, utilizando métodos de persuasión y manipulación.
También hay quien dice que, los medios, más que crear opiniones en la población, lo que hacen es reforzar las ya existentes. Así por ejemplo, la televisión no nos va a dar razones para votar a un partido al que no pretendíamos votar desde un principio, sino que nos va a dar más razones para votar al que ya teníamos pensado.
Alrededor de 1940, a raíz de unos estudios realizados, se descubrió que no son tanto los medios los que influyen en la Opinión Pública como los líderes de opinión. Los medios transmiten mensajes a los líderes de opinión y éstos hacen lo propio con la población. No obstante, Lang dice que, aunque la influencia de los líderes de opinión parece más persuasiva, desde el punto de vista de la gran sociedad la influencia de los mass-media es más poderosa.
Otras teorías no ven a la Opinión Pública como un campo en el que influir, sino como un elemento más que puede ser manipulado apoyándose en las técnicas que operan en el mercado para lograr unos intereses concretos. A lo largo de la historia, han sido numerosos los casos de utilización de la Opinión Pública para servir al propio interés.
A principios del s. XX, la Opinión Pública es convertida en objeto de manipulación y control bajo el efecto de la propaganda. Como fenómeno de masas, estará expuesta a la acción y dirección que impongan los líderes en una sociedad.
Las masas son pasivas, receptivas y fácilmente manipulables. En los regímenes totalitarios esta capacidad para ser manipulables viene dada porque siguen la dirección que marca la autoridad política a la fuerza, no tienen otra salida, han de obedecer al dictador de turno. En los regímenes democráticos las técnicas de persuasión y propaganda son utilizadas por aquellos agentes que venden ideas, productos y servicios, por lo que las propias masas son las que compran su capacidad para ser manipulables.
Mills distingue entre la sociedad de públicos y la sociedad de masas:
En el público todos los miembros expresan opiniones, que además pueden ser contestadas de manera inmediata y sin la intervención de instituciones autoritarias. La Opinión Pública se forma en torno a minorías cultas con acceso a los medios de comunicación.
En la masa, por el contrario, el número de personas que emite opiniones es menor que el número de personas que las reciben, y las opiniones no pueden ser replicadas en el momento. Además, la intervención de instituciones autoritarias puede estar presente.
En la masa, la Opinión Pública se crea entorno a las élites, que transmiten sus mensajes a los líderes de opinión a través de los medios de comunicación, y éstos (cargados de autoridad moral por los ciudadanos-masa) se los transmiten a la masa.
El conocer lo que piensa la Opinión Pública es útil de cara a muchos campos del espectro social, y uno de esos campos es el electoral. Así, Roosevelt en el año 1933, se sirvió de datos proporcionados a partir de estudios cuantitativos de la Opinión Pública para conocer las intenciones de voto de los electores y, en función de ello, orientar su campaña en uno u otro sentido.
En ocasiones, algunas instancias de poder utilizan la Opinión Pública para legitimar sus intereses frente a la población, por ejemplo cuando es utilizada por los grupos de presión, los líderes de opinión o las élites, que presentan como interés general, lo que sólo es interés de unos pocos. Estaríamos hablando entonces de sujeto aparente (público) y sujeto real (las élites).

Influencia de Internet en la Opinión Pública
Según Cándido Monzón, la existencia de Internet ha generado cambios tanto en el modo en que se forma la Opinión Pública como en su contenido. Con la red, el público ya no es sólo receptor, sino que también desempeña el papel de emisor, tomando papel activo en la comunicación. La comunicación se ha descentralizado, y quien participe en Internet debe contemplar la posibilidad de ser contestado, cosa que antes, con la televisión y la radio, no ocurría.
Internet también ha dado lugar a nuevas formas de activismo político que se dan a través de los portales de contrainformación, donde los movimientos sociales como el anti-globalización son difundidos de forma permanente. La red es de los pocos formatos en los que este tipo de información puede propagarse, ya que los principales medios de comunicación están en manos de grandes empresas, cuyos intereses difieren mucho de los intereses de los movimientos sociales.
Por otra parte, la influencia en la Opinión Pública a través de la red no es tan potente como a través de otros medios como la prensa escrita o la televisión, precisamente por la falta de control que existe sobre Internet. El hecho de que el público tome un papel activo en la comunicación hace que “cualquiera” pueda “publicar noticias” en la red, por lo que la gente tenderá más a desconfiar de su contenido y la influencia o la persuasión que se intente ejercer no será tal.Internet también es un instrumento de respuesta rápida para generar movilizaciones en situaciones críticas, como la que tuvo lugar el 13 de marzo de 2004 en España, como respuesta a la manipulación informativa que se llevó a cabo con respecto a los atentados del 11-M.

Algunos ejemplos de manipulación de la Opinión Pública
Una de las labores de propaganda más importantes a lo largo de la historia fue la llevada acabo en Estados Unidos durante el gobierno de Wilson. Aunque la población era muy pacifista, la administración Wilson había decidido tomar parte en la I Guerra Mundial, por lo que era necesario hacer ver a la población lo importante que era participar en esa guerra. Para ello se creó la Comisión Creel, con lo que los ciudadanos pasaron de ser seres pacíficos a ser personas violentas ansiosas por destruir todo lo que fuese alemán. El poder financiero y mediático prestaron su apoyo a esta operación. Se trataba principalmente de convencer a las personas más inteligentes de la sociedad, lo demás vendría solo, a partir de la autoridad moral que éstos imponían sobre la población.
Lippman, en su día, pensó que estas técnicas de propaganda podrían servir para fabricar consenso, tan útil y necesario en las democracias; aunque otros autores no ven estas técnicas con tan buenos ojos. Chomsky, por ejemplo, entendiendo la propaganda como algo en cierto modo peligroso, dice que la propaganda es a la democracia, lo que la cachiporra al estado totalitario.
Otro ejemplo de manipulación de la Opinión Pública se dio en 1937, cuando los trabajadores del sector del acero convocaron una huelga en Johnstown. Había que enfrentar a la gente contra los huelguistas, fabricando una imagen de ellos que los mostraba como seres destructivos y perjudiciales para la sociedad. Se les presentaba ante los ciudadanos como salvajes que atentaban contra la armonía de la que gozaba América, y no fue difícil que la gente dedujera que había que pararles los pies. Con ello, la huelga no consiguió el efecto que inicialmente deseaba. Vemos aquí que gracias a la propaganda también se pueden pisotear los derechos de los trabajadores.
Un caso parecido es el que ha habido recientemente con la huelga de los trabajadores de la limpieza del Metro de Madrid. Los medios de comunicación han criminalizado su huelga difundiendo las famosas imágenes de anónimos esparciendo basura por las instalaciones del suburbano o las del encapuchado que vierte aceite por el suelo de una estación, lo que provoca la caída de dos señoras. Esto ha provocado un sentimiento de rechazo por parte de la población hacia la huelga de limpieza (si es que no existía ya por la incomodidad que suponía para los viajeros las cantidades de basura que había por los suelos) y hacia los trabajadores que la secundaban. Sin embargo, los medios de comunicación no han dicho nada (o casi nada) de los servicios mínimos abusivos impuestos por la Comunidad de Madrid, que han llegado a alcanzar el 80% según los trabajadores del sindicato CNT. Tampoco han hecho demasiado hincapié en las reivindicaciones que los trabajadores hacían, tales como el establecimiento de contratos indefinidos o el abono de un plus de toxicidad, penosidad y peligrosidad, entre otras. Los medios han centrado más su labor en denunciar las irregularidades de los trabajadores que en denunciar su situación laboral y el sabotaje de la huelga por parte de la Comunidad de Madrid.
Uno de los casos más importantes de influencia en la Opinión Pública a través de los medios de comunicación, es el gestado desde el periódico EL MUNDO, la cadena de radio COPE y el portal web de información Libertad Digital para tratar de implicar a ETA en los atentados del 11-M. El 3 de Mayo de 2006 EL MUNDO titulaba: “La furgoneta del 11-M tenía una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero”. Fernando Múgica, autor del artículo que lleva dicho título, señala que “para los policías que habían trabajado en la lucha contra ETA, gentes cercanas a empresas del Grupo Mondragón estaban situadas en el entorno del mundo abertzale”, y que la tarjeta encontrada “desviaba la atención hacia el norte”. Se ve claramente la intención de implicar a la banda en el asunto, sobre todo cuando en el inventario de los efectos recogidos en dicha furgoneta podemos leer claramente que no se trata de una tarjeta del Grupo Mondragón, sino de una cinta de la Orquesta Mondragón, que estaba junto a otras de Luciano Pavarotti o “Los grandes mitos del Rock and Roll”. Tras ridículos tan estrepitosos como éste, dichos medios abandonaron a regañadientes la versión que implicaba a ETA en el atentado, y pasaron a elaborar teorías según las cuales el 11-M fue una conspiración gestada “en las cloacas del Estado”, en la que estaban implicados fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en complicidad con el Partido Socialista Obrero Español para que éste llegase al gobierno y pudiera llevar a cabo la ruptura de España. El mayor vocero de la “teoría de la conspiración” es Luis del Pino, un colaborador de Libertad Digital que a base de difundir sus teorías e “investigaciones” sobre el 11-M en su blog (Los enigmas del 11-M) ubicado en dicha página, ha calado tanto en un determinado sector de la sociedad (cercano a la derecha política) que ha llegado a impulsar un “movimiento cívico” llamado “Peones Negros”. Los Peones Negros se manifiestan todos los día 11 de cada mes en distintas ciudades para saber “qué ocurrió realmente el 11-M”, ya que cuestionan la versión oficial sobre el atentado y niegan que los acusados en el juicio sean los verdaderos culpables. He aquí otro ejemplo de cómo se puede influir en la población desde los medios de comunicación. Hay que decir también que, gracias a estas teorías alternativas sobre el 11-M, el periódico de Pedro J. creció en septiembre de 2006 un 6,78% más que en el mismo mes del año anterior, y Luis del Pino pudo sacar renta del atentado gracias a la publicación de tres libros donde expone sus “investigaciones” en torno al caso.

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LA OPINIÓN PÚBLICA (yIII)

Teorías sobre los efectos persuasivos de los medios
Según la teoría del impacto colectivo de Mills, los efectos de los medios de comunicación en la población son de carácter persuasivo, por lo que los medios y las personas que los controlan tienen un cierto poder sobre la sociedad para crear en ella opiniones de las que emergerán unas determinadas conductas.
Este poder se ve reforzado sobre todo en la sociedad de masas, donde los individuos están dispersos y aislados, y donde la capacidad crítica no tiene lugar. Los medios le dicen al hombre-masa quién es (le dan una identidad), qué quiere ser (le dan unas aspiraciones), cómo puede llegar a serlo (le dan una técnica) y cómo sabrá que ya es como quiere ser (le dan un escape). Otros autores hablan de los medios de comunicación de una forma más positiva, al decir que son elementos que contribuyen al refuerzo de la democracia, porque ponen el mundo al alcance de todo ciudadano creando una Opinión Pública informada y consciente.
El esquema conductista E-R ve al receptor como un sujeto que recibe mensajes para trastocar su mapa mental. Sostiene que los efectos son respuestas a determinados estímulos, por lo que podemos conocer cómo va a reaccionar la Opinión Pública ante una determinada información.
La violencia en la televisión es una constante, y gran parte de la población mundial se pasa numerosas horas viendo televisión. Esto podría influir en los televidentes creando conductas violentas en ellos y comportándose de modo antisocial. Sin embargo, el teórico de la información George Gerbner contempla esta influencia desde otro punto de vista: el de la victimización. Gerbner observa que, en contra de lo que se cree, cuando alguien está expuesto a una sesión de violencia constante no se identifica tanto con el agresor como con la víctima. Por ejemplo, ante la película de La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, el espectador no se identificaría tanto con Alex y sus “drugos” como con las personas que sufren sus fechorías. Este complejo de víctima condicionaría en él una idea de vivir en un “mundo mezquino”, en el que se tiene “miedo a que me pueda pasar algo como en la película”, y daría lugar a una actitud permisiva con respecto a regímenes totalitarios y demás formas de represión.
Otra de las teorías más conocidas es la de la espiral del silencio, de Noelle-Neumann. La autora sostiene que las personas tienen la capacidad de intuir las opiniones mayoritarias y minoritarias que hay en una sociedad. Según esta teoría, la gente tiende a manifestar sus opiniones cuando sabe que coinciden con las de la mayoría y, por el contrario, tiende a callarse cuando se sabe en minoría. Esto hace que la opinión que recibe apoyo explícito parezca más fuerte de lo que en realidad es, y la que no lo recibe parezca más débil. Una de las razones por las que la espiral del silencio tiene lugar es el miedo al aislamiento. Así, un punto de vista domina la escena pública mientras que otro va desapareciendo paulatinamente hasta quedar un núcleo duro que desafía la amenaza al aislamiento.
Los medios de comunicación tienden a crear una opinión mayoritaria en una sociedad, por lo que, aplicando la teoría de Neumann, tienen la capacidad de callar las opiniones que no interesan dándoles menos cobertura y convirtiéndolas en minoritarias.
Con la teoría de la agenda-setting se pretende explicar el importantísimo papel que los medios juegan en la influencia en la Opinión Pública al hablar de unos temas y callar otros. Los medios llaman la atención sobre determinadas cuestiones y crean marcos de interpretación de los acontecimientos sociales. Más que determinar lo que la gente debe pensar, determinan sobre qué deben pensar al tratar unos temas y no otros.
Los medios dan información y jerarquizan los problemas en función a unos intereses determinados. Dan importancia a determinados temas a base de repetirlos día tras día y, por consiguiente, la Opinión Pública considerará importantes esos temas. Cándido Monzón dice que crean una realidad de “segunda mano” a la que acuden los individuos para construirse su mapa cognitivo y dar respuesta a los problemas que se les plantean diariamente.
Un ejemplo de este tipo de manipulación lo encontramos en 1986, cuando los supervivientes del Grupo de Derechos Humanos de El Salvador fueron detenidos y torturados en La Esperanza. 430 presos de los 432 que había de esa cárcel relataron bajo juramento las torturas dirigidas por un oficial del ejército de los EEUU. Existía incluso un vídeo que mostraba a esas personas testificando sobre las torturas. La prensa nacional no ofreció cobertura informativa y las emisoras de TV rechazaron emitir el vídeo. Nadie iba a tener interés. El director del Grupo de Derechos Humanos, Herbert Anaya, fue liberado y posteriormente asesinado, al parecer por las fuerzas de seguridad apoyadas por los EEUU. Los medios de comunicación no dijeron nada. Quizá, si lo hubieran denunciado en lugar de ocultarlo, Anaya podría haber salvado la vida.
Otro ejemplo que ilustra hasta qué punto los medios deciden sobre qué temas puede hablar la población se produjo en la guerra del Golfo del 90, los medios de comunicación no escribieron ni una línea acerca de la existencia de una oposición democrática al régimen de Hussein en Irak, ya que éstos también estaban en contra de la intervención bélica americana, lo que chocaba con los intereses de EEUU si su población se enteraba.
Antes de que empezara el bombardeo, a mediados de enero, The Washington Post y la cadena ABC elaboraron una encuesta con la siguiente pregunta: “Si Irak aceptara retirarse de Kuwait a cambio de que el consejo de seguridad estudiara la resolución del conflicto árabe-israelí, ¿estaría de acuerdo? Dos tercios de los americanos estaban a favor. Pero cabe presumir que cada individuo creyese que era el único en pensar así, ya que en la prensa nadie había dicho que eso podría ser una buena idea, a pesar de que la propuesta estaba realmente sobre la mesa. Si hubiesen sabido que no estaban solos y que Irak había hecho precisamente la oferta señalada, es seguro que la proporción de personas a favor hubiera sido mayor. Pero como no se contempló esa posibilidad en la prensa fue posible seguir adelante con la política belicista sin ninguna oposición. Éste es un claro ejemplo de agenda-setting y espiral del silencio. De agenda-setting porque la prensa decide si dar a conocer o no la posible retirada de Kuwait por parte de Irak, que al final decide no darla a conocer; y de espiral del silencio porque los encuestados contestan sin saber que más personas estarían de acuerdo con su respuesta, es decir, no estarían solos, y no tendrían por qué temer al aislamiento por el hecho de tener una opinión minoritaria.
El priming es la extensión de los efectos de los medios, que crearán parámetros y normas a partir de los cuales los ciudadanos evaluarán cuestiones sociales y políticas del mundo en el que viven.
Jo y Berkowitz sostienen que cuando una persona ve, lee o escucha un suceso a través de un medio de comunicación, en su mente se activan ideas de significado parecido que, a su vez, activan otras ideas semánticamente relacionadas que influirán en las evaluaciones que realizan. Las personas menos susceptibles de verse influidas por el priming son aquellas que poseen un cierto conocimiento e interés sobre los temas tratados.
El público ante la influencia de los medios.
La teoría de la disonancia cognoscitiva de Festinger sostiene que, para reducir las contradicciones que existen en un sujeto entre sus acciones, principios y su conocimiento; el sujeto recurre al consumo de los medios, y busca construir una congruencia lo más grande posible. Para Festinger la consonancia es el estado natural, pero pueden darse situaciones incongruentes que provocarán una cierta disonancia. Ante esto, las personas buscarán reducir esa disonancia hasta alcanzar la consonancia plena, al mismo tiempo que evitarán estar expuestos a informaciones que puedan aumentar esa disonancia. Para reducir la disonancia se transforman uno o varios de los elementos comprendidos entre las relaciones disonantes, se añaden elementos cognoscitivos consonantes con una cognición ya existente, o se le resta importancia a los elementos incluidos en las relaciones disonantes. Es decir, tal y como decía Klapper, la gente tiende a exponerse a aquellos medios de comunicación de masas que están de acuerdo con sus intereses y actitudes ya existentes. Evita las comunicaciones de tipo contrario, y, si queda expuesto a ellas, resta importancia a su contenido o las acomoda a sus intereses y puntos de vista. Es lo que Klapper denomina proceso de autoprotección.
Los grupos sociales son intermediarios de la Opinión Pública, ya que crean en sus miembros la idea del “nosotros”, presionando sobre los distintos miembros para no perder la identidad.
Entre las décadas de 1950 y 1970 se investigaron los cambios que pueden producirse en las actitudes de los individuos como consecuencia de los medios de comunicación de masas. Las investigaciones se consolidaron con el programa de comunicación de la Universidad de Yale.
Con dicho programa se descubrió que el público tiende a aceptar o rechazar un mensaje, más que por su contenido, por la persona que lo emite. Así, la gente no escucha una determinada emisora de radio por el simple hecho de que den unas determinadas noticias, sino porque esas noticias son contadas por un determinado periodista que simpatiza con sus ideas. La credibilidad del comunicador es la variable que más impacto tiene a la hora de forzar un cambio de opinión.
Se facilita el cambio de actitud de una persona cuando las opiniones se transmiten a través de un mensaje sencillo, sin demasiados argumentos y con apelaciones a los sentimientos. Los mensajes bilaterales suelen ser más eficaces para influir en aquellas personas con un grado de cultura e inteligencia alto, mientras que los mensajes unilaterales influyen más en audiencias con bajo nivel intelectual o ya ganadas, como es el caso de los mítines políticos. No obstante, los mensajes bilaterales dan al comunicador una mayor credibilidad, ya que permiten anticipar los argumentos del adversario y, por consiguiente, refutarlos con mayor facilidad.
Una de las prácticas más utilizadas por los medios para influir en la población es el recurso a expertos en un determinado tema, ya que si un experto avala un punto de vista, la Opinión Pública tiene razones para avalarlo también, porque no está hablando un “cualquiera”, sino un experto.
Las personas inteligentes son más propensas a pensar por sí mismas, por lo que la influencia de los medios de comunicación sobre ellos será menor que la que tiene lugar en las personas no tan inteligentes, y tenderán más a mantenerse en su posición inicial.En cuanto a sexos se refiere, los investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que las mujeres son más persuadibles que los hombres como consecuencia de los papeles sociales que ambos han aprendido a desarrollar. Mientras que las mujeres son socializadas para ser cooperativas y mantener la armonía social (lo cual favorece el asentimiento sin cabida para la discusión y, por lo tanto, el incremento de la capacidad para ser influida), los hombres son socializados para ser independientes y afirmativos, lo que facilitará la resistencia a la influencia.
Conclusión.
Tras haber hecho este trabajo sobre la influencia que los medios de comunicación tienen sobre la Opinión Pública, mi confianza en los principales medios de información, ya sean impresos, sonoros, audiovisuales o digitales; ha descendido considerablemente (si es que alguna vez no ha estado por los suelos).
Para empezar, el hecho de que los medios de comunicación sean empresas en manos de capitalistas que sólo miran por el beneficio propio, ya me hace estar alerta y no bajar la guardia cuando me siento en el sofá a “consumir” su información.
Teorías como la que explica Gerbner sobre el fenómeno de la victimización o Noelle-Neumann sobre la espiral del silencio me han llamado poderosamente la atención. La primera por presentar la influencia de la violencia en la televisión desde un punto de vista que no conocía, lo que me ha hecho comprender una de las razones por las que la gente tiene tanto miedo de “el otro” y deposita toda su confianza en la policía para que nos proteja del exterior; la segunda porque me ha hecho reflexionar sobre hasta qué punto los ciudadanos estamos en manos de los medios de comunicación, pues son éstos los que deciden qué es lo políticamente correcto y qué es lo políticamente incorrecto creando opiniones mayoritarias y silenciando otras minoritarias.
Conociendo las diversas técnicas que los medios afines a determinados partidos políticos, empresas y demás focos de poder, usan para meterse a la Opinión Pública en el bolsillo (la más llamativa quizás sea la apelación a los sentimientos) pienso que la objetividad en la información actual no existe, y que si se quiere estar bien informado es inútil pretender encontrar un medio de comunicación que sea rigurosamente objetivo, lo que hay que hacer es informarse a través del mayor número de medios posibles, a través de medios de todos los colores y tendencias. Sólo así se estará realmente informado.
Fuentes consultadas.

Bibliografía:
-D´ADAMO, Orlando; GARCÍA BEAUDOUX, Virginia; FREIDENBERG, Flavia. Medios de comunicación y opinión pública. Madrid: Mcgraw-Hill Interamericana, 2007. 206 p. ISBN 978-84-481-5676-3.
-MONZÓN ARRIBAS, Cándido. La opinión pública. Teorías concepto y métodos. Madrid: Tecnos, 1987. 207 p. ISBN 84-309-1399-8.
-MONZÓN, Cándido. Opinión pública, comunicación y política. La formación del espacio público. 2º ed. Madrid: Tecnos, 2000. 390 p. ISBN 84-309-2903-7.
-CHOMSKY, Noam y RAMONET, Ignacio. Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios. 23º ed. Barcelona: Icracia, 2007. 92 p. ISBN 84-7426-245-3.

Páginas web:
-www.elmundo.es: http://www.elmundo.es/2006/05/03/index.html
-www.elpais.com: http://www.elpais.com/articulo/espana/policia/hallo/11-M/Renault/Kangoo/cinta/Orquesta/Mondragon/20060504elpepinac_5/Tes/
- http://img286.imageshack.us/img286/1781/captura0029nv.jpg
-http://www.blogs.periodistadigital.com/: http://blogs.periodistadigital.com/periodismo.php/2006/11/20/el_mundo_crece_algo_en_ventas_pero_el_pa -http://www.cnt.es/: http://www.cnt.es/sovmadrid/comunicamos4.htm#huelgalimpieza5

viernes, 11 de enero de 2008

YO TAMBIÉN SOY ANTICLERICAL


Tras haber leído esta carta de un ciudadano de Tarragona en el diario EL PAÍS, no tengo más remedio que definirme "anticlerical", como pienso que se debería definir cualquier persona con un mínimo de decencia política.

Anticlerical
Josep Maria Saumell - Salomó, Tarragona - 08/01/2008
Según el diccionario de la Real Academia Española, anticlerical significa "contrario al clericalismo", y clericalismo "influencia excesiva del clero en los asuntos políticos" (según la primera acepción de cada una de las dos palabras). Respeto profundamente las creencias religiosas de las personas, pero no tengo el más mínimo reparo en definirme públicamente como anticlerical.

lunes, 7 de enero de 2008

ESPAÑOLES VS. VASCOS

Hace poco se ha jugado un partido de fútbol entre las selecciones de Euskal Herria y Cataluña, en el campo del Athletic si no recuerdo mal, lo que ha representado una manifestación del sentimiento de nación que existe en ambas comunidades autónomas. No se puede negar que tanto en Cataluña como en el País Vasco el tema del nacionalismo pega fuerte, y me llama bastante la atención lo mal que eso sienta a la gente aquí en Madrid. Hay quien dice que es una injusticia que el País Vasco tenga su propio sistema tributario, hay quien asocia "abertzale" a "etarra asesino", es más, hay quien se pone enfermo con sólo ver un texto escrito en euskera (y si encima está escrito sobre una pancarta encabezando una manifestación ¡pa´ qué te voy a contar!). Si un grupo de música de rock duro vasco reivindica en sus letras la existencia de un pueblo llamado Euskal Herria, será tratado por los medios de comunicación (y consecuentemente por la opinión pública) como un grupo proetarra, y espérate que no se le aplique alguna ley antiterrorista (sí, esa ley que persigue partidos nacionalistas vascos "ultraterroristas", pero que deja campar a sus anchas a partidos nacionalistas españoles "ultrapacifistas") En definitiva, hay gente que tiene asco a los vascos, y pienso que ese asco nace a raíz de asociar vasco=ETA. En el caso del País Vasco, no conozco a ningún vasco nacionalista (y creo que tampoco a ninguno no nacionalista), por lo que no sé qué imagen tienen allí de los madrileños ni de los españoles anti-vascos en general, supongo que habrá de todo: vascos anti-madrileños, anti-españoles, independentistas que no tengan nada contra los anti-vascos por considerarlos simplemente estúpidos ignorantes,...de todo.
Pero desde luego, lo que más quema a la gente aquí en Madrid es eso de que "los vascos no quieren ser españoles". ¡Qué pecado! ¡ "¿Qué es eso de ser un país aparte?, ¡hasta ahí podíamos llegar! ¡vamos hombre! ¡Son españoles tanto si quieren como si no, y punto pelota!". Y es curioso porque los anti-vascos, odiando como odian a todo lo que huela a abertzale y a cualquier cosa que se pueda relacionar mínimamente con ETA, a pesar de éso, les molesta que quieran dejar de ser españoles. Les molesta que quieran formarse ellos un Estado aparte con sus administraciones y sus cositas y no tener nada que ver con el Estado español, es decir, les molesta que esos mismos a quien ellos odian, desaparezcan de sus vidas para siempre. ¿No es absurdo? Lo lógico sería que "si te odio tanto por ser un jodido abertzale proetarra de mierda, independízate ya y déjanos al resto de los españoles en paz", pero no es así, debe ser que el resquebrajamiento de España ha sustituido al Coco en las pesadillas de estos anti-vascos demócratas.
Y esto también se puede extender a los medios de comunicación. En España (independicemos al País Vasco durante unas líneas), los medios de comunicación presentan una posición claramente opuesta a la independencia del País Vasco. Véase Telemadrid, escúchese la COPE, léase EL MUNDO, visítese Libertad Digital y se comprobará hasta qué punto lo que digo es cierto.
Lo que quiero decir es que a la opinión pública española en general (y digo "en general" porque, al igual que en el caso vasco, habrá de todo, y éstos sí que los conozco de primera mano) no le caen bien los vascos por imaginárselos terroristas anti-españoles, y no está de acuerdo con que se independicen; del mismo modo que a la opinión pública vasca en general, quizá, no le caigan bien los españoles por imaginárselos fascistas anti-vascos, y está a favor de la independencia del País Vasco (y prueba de esto último es que en el País Vasco gobierna el PNV).
Lo que desde luego se puede ver es la existencia de dos realidades sociales distintas (la española por un lado y la vasca por otro), y el sentimiento de nación (en mi opinión creciente) en el País Vasco. Podemos forzarles a querer ser españoles, podemos firmar tropecientasmil constituciones que digan que el País Vasco es español, podemos reforzar más y más la represión contra la izquierda abertzale, intentando meter a todos los abertzales en la cárcel, pero no por ello vamos a acabar con el sentimiento de nación existente en el País Vasco. Es más, a partir de la toma de estas medidas la izquierda abertzale se seguiría movilizando en mayor medida, la kale borroka se presentaría en las calles de Euskadi de modo más frecuente y radical, y ETA atentaría de forma más sanguinaria si cabe. Y ante ésto, el Estado español ejercería más represión contra la izquierda abertzale (hoy mismo nos hemos enterado de que unos guardias civiles le han propinado una buena paliza a un supuesto etarra, y todos tenemos recientes las últimas detenciones de personas que, según la juez Murillo, eran "las entrañas" de ETA), represión que, de nuevo, sería contestada por ésta, y así sucesivamente, desdencadenándose una oleada de violencia de lejano fin.
Podemos seguir con la táctica del "yo te pego, tú me pegas" durante toda la eternidad causando dolor y sufrimiento en la población (española y vasca); o, por el contrario, podemos sentarnos, hablar, discutir, y tratar de llegar a una solución que ponga fin al conflicto, porque llevamos ya 40 años con la tontería, y un servidor empieza a cansarse. Pero para ello ETA debe dejar las armas y el Estado español debe poner fin a la represión anti-abertzale.

The Kagas - "Fan pikutara"
Fan, fan, fan, fan Pikutara!!
Los vascos son racistas, los vascos son terroristas
y aunque su idioma no exista, los vascos hablan en vasco
Los vascos enseñan odio a todo lo que no es vasco
los vascos meriendan niños y tienen cuernos y rabo
Son seres de dos cabezas y no espabilan ni a palos
no quieren ser españoles y es que los vascos son malos
Los vascos no tienen alma, les encanta la violencia
y disfrutan como vascos, haciéndonos la puñeta
Cual cobardes alimañas, acechan agazapados
nadie está libre del vasco, puede estar en cualquier lado
El vasco tiene un problema, que solo quiere ser vasco
y nos rompe los esquemas, ese es el problema vasco
Fan, fan, fan, fan Pikutara!!

miércoles, 2 de enero de 2008

MANIFESTACIÓN EN SOLIDARIDAD CON LOS TRABAJADORES DE LIMPIEZA DEL METRO DE MADRID

Hoy se ha celebrado una manifestación desde Atocha hasta Tirso de Molina en solidaridad con los trabajadores de la limpieza del Metro de Madrid. La verdad es que no ha estado mal, desde luego mucho mejor que aquella por una vivienda digna, aunque he de reconocer que tanto pitido de silbato ha acabado provocándome un ligero, pero molesto, dolor de cabeza. Bueno, todo sea por defender los intereses de los trabajadores del Metro.
Me sentía obligado a ir a la manifestación, y más después de ver la campaña de desinformación que se ha gestado desde televisiones como Telemadrid. Todos hemos visto las imágenes en las que aparecen unas señoras resbalándose y cayéndose al suelo a causa del esparcimiento de aceite en el suelo por parte de un individuo. Los medios de desinformación han hecho todo lo posible por dirigir el odio de la Opinión Pública hacia los trabajadores en huelga, en lugar de dirigirlo hacia quien realmente lo merece recibir: las empresas de limpieza (filiales de constructoras, por cierto) que les tienen contratados en condiciones infrahumanas. Han repetido hasta la saciedad las imágenes de las señoras cayéndose, o las del grupo de personas que esparcen basura por las estaciones, culpando de todo ello a los trabajadores de limpieza del metro; pero curiosamente no tienen una imagen de un obrero matándose al precipitarse al vacío desde un andamio, para poder culpar de ello a la patronal por no tomar las medidas de seguridad adecuadas.
Critican el hecho de que los trabajadores esparzan basura por todas las instalaciones de la red, pero no dicen ni una sola palabra de los servicios mínimos impuestos por la Comunidad de Madrid, que han llegado a alcanzar el 70%, con la consecuente aparición de estaciones "sospechosamente" limpias, como es el caso de Artilleros, en la línea 9, que hace un rato, al volver de la mani, estaba como los chorros del oro.
Desde los medios se está llevando a cabo una labor de criminalización de las justificadísimas reivindicaciones de los trabajadores fuera de lo normal, como si los responsables de toda la mierda presente en el suburbano fueran ellos. No explican qué es lo que reclaman los trabajadores, dan a entender que quieren trabajar menos y cobrar más, pero nada dicen del plus de toxicidad, penosidad y peligrosidad que reclaman; nada dicen del establecimiento de contratos indefinidos que piden; nada dicen del incremento del trabajo a realizar como consecuencia de la ampliación de la red de Metro (no así de la plantilla), ni de lo costoso que resulta limpiar "a mano", frotando con un cepillo, en lugar de manejar una máquina limpiadora (las nuevas estaciones construidas están hechas de un material que parece ser que se daña con el uso de las máquinas limpiadoras, de ahí la necesidad de limpiarlas a golpe de brazo con un cepillo). En definitiva, nada dicen de las condiciones de trabajajo en las que se encuentran los trabajadores de limpieza del Metro de Madrid.
Hoy era moralmente obligatorio estar ahí, con los trabajadores de la limpieza del Metro de Madrid. Había que salir a la calle a hacerse escuchar, a concienciar a la gente de que la lucha que están desarrollando los limpiadores del metro debe ser apoyada por todos los ciudadanos, por todos los currantes que usan el metro para ir a sus puestos de trabajo, por todos los estudiantes que van en metro a la universidad y a los institutos. El sentimiento que se ha de tener en ocasiones como ésta es el de "hoy por tí, mañana por mí", el de solidaridad absoluta con los trabajadores del metro, porque (creo que algo parecido dije en un artículo anterior, y si no; lo digo ahora) el día que a nosotros nos echen del trabajo, serán ellos, los trabajadores del metro, los que acudan en nuestro apoyo y se solidaricen con nuestra lucha. Por eso hoy había que estar ahí.
Recominedo leer ésto.