jueves, 5 de febrero de 2009

EL CINE ANARQUISTA DE 1936-1937 (II)



Es en este documental en el que se deja patente la importancia que los anarquistas, al contrario que comunistas y republicanos, dan a la Revolución Social. Para los comunistas y republicanos el vencer al fascismo era más importante que hacer la Revolución, mientras que para los anarquistas ésta era igual de importante que la derrota de las tropas de Franco, y ambas debían de ir de la mano. Por otra parte, teniendo en cuenta los ideales anarquistas y sus postulados, es lógico que republicanos y comunistas no pusiesen todo su énfasis en hacer la Revolución, pues en caso de hacerse se haría contra ellos mismos, ya que el anarquismo sostiene la desaparición del Estado, sea republicano, comunista o fascista.

El documental es todo un ejemplo de propaganda, y lo podemos ver en el tipo de consignas que muestra, tales como “¡¡Solidaridad!!” o “¡Muera el fascismo!”, al igual que en el vocabulario empleado por el narrador, cuando habla del “Madrid heroico”, por ejemplo, todo ello con un tono de ánimo y hermandad que, si no fuera porque sabemos que es de la CNT, podría sonarnos hasta cristiano.
En este documental se hace patente la importancia que los anarquistas dan a los valores de solidaridad y apoyo mutuo con tan sólo ver las pancartas colgadas en los trenes que llevan los víveres a Madrid: “¡Barcelona! ¡Madrid! La sangre os une”, “A ti, pueblo de Madrid”, “Madrid, Cataluña te ayuda”.

En el documental no sólo se escuchan himnos revolucionarios como A las barricadas, sino también música típica madrileña, en concreto La Verbena de la Paloma, algo completamente lógico teniendo en cuenta que el documental va dedicado al pueblo de Madrid.


Entierro de Durruti (1936)
El tono propagandístico se repite al hablar de Buenaventura Durruti como un “niño proletario”, “luchador por la libertad”, “una inspiración” para los “valientes luchadores”, que también estimula esa conciencia de clase y asociación de los proletarios con el ideal de la libertad.
Tal y como señalábamos al principio, la narradora se refiere a Durruti como un “líder”, cuando dice que “cientos de miles de barceloneses saludan a su líder”. Esto es una contradicción con los ideales anarquistas, que persiguen, precisamente, la ausencia de líderes. Si bien, puede entenderse el uso del término al tener en cuenta que Durruti fue un destacado militante de la CNT, y que tuvo a su cargo una columna de milicianos (Columna Durruti) que partió a Zaragoza primero y hacia Madrid después para luchar contra el fascismo. Sería en Madrid donde finalmente moriría en condiciones desconocidas aún a día de hoy.
A pesar de todo, no sería correcto hablar de Durruti como un líder más allá de lo que compete a su columna, en contraposición a lo que podríamos decir de, por ejemplo, Juan García Oliver, otro destacado militante que llegó a ejercer nada menos que de Ministro de Justicia en el Gobierno de la República.

El documental alude continuamente a la cantidad de gente que ha acudido al entierro de Durruti, dando así una imagen de aceptación del anarquismo en la sociedad y, por lo tanto, confiriendo una teórica mayor fuerza a los ideales libertarios. Lo podemos ver con frases como “una multitud en masa”, “nunca antes se había reunido en Barcelona semejante multitud”, “toda Barcelona estaba en la calle”,…

Uno de los aspectos más chocantes del documental llega en el minuto 6:40 aproximadamente, cuando la narradora habla de “los combatientes más unidos a Durruti”, y se pueden ver banderas comunistas y nacionalistas catalanas. Y llama la atención, no sólo por el hecho de la represión que meses más tarde ejercerían los comunistas sobre los anarquistas, sino porque, a pesar de que las condiciones en las que la muerte de Durruti se produjo siguen sin ser totalmente conocidas aún a día de hoy, la teoría que cobra más fuerza para explicar los hechos es la que apunta directamente a los comunistas como autores de su asesinato en Madrid. Es decir, que no sería disparatado pensar que algunos de los que este documental presenta como “los combatientes más unidos a Durruti”, y que en ese momento le están rindiendo homenaje, fuesen, de hecho, los propios verdugos del miliciano leonés.

Otro hecho a destacar es la bajada de bandera de EEUU. Primero por el hecho de que el Gobierno estadounidense no acudió en ayuda de la parte leal cuando ésta más lo necesitaba, y segundo por ver cómo un Estado rinde homenaje a una persona que, dados sus ideales, quiere acabar con él.

En cuanto a la música aparecida en el documental, aparte de la marcha fúnebre de Schopain vuelven a sonar los himnos revolucionarios anarquistas A las barricadas e Hijos del pueblo.


En el caso de este documental nos damos cuenta de que estamos viendo una película realizada por y para trabajadores desde el momento en que vemos las primeras imágenes, en las que aparecen unas hormigas obreras trabajando, y su plano se funde con otro en el que aparecen muchos trabajadores (ya humanos) acudiendo a sus puestos de trabajo.
Este símil entre hormigas y trabajadores transmite sin duda una conciencia de clase importante, pues muestra una forma organizada de trabajar, sin que nadie tenga más privilegios que nadie, todos trabajan por igual, aportando su granito de arena, haciendo efectivo el principio “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”.
Esta organización sin privilegios de ningún tipo puede verse en el trato de igual a igual que mantienen los trabajadores, sin superiores ni subordinados, saludándose a grito de “¡Salud!” y tratándose los unos a los otros de “camarada”; y también en las escenas que muestran cómo los trabajadores se organizan en asambleas, sin que las decisiones estén tomadas por un patrón.
El tono propagandístico de este documental es constante, lo que queda claramente reflejado en la mediocre actuación de los actores, por ejemplo cuando están un grupo de amigos charlando sobre los logros de la revolución. Y no sólo en eso, sino también en la decoración y el atrezzo, como por ejemplo los carteles que aparecen colgados en las paredes de las oficinas, en los que algunos de ellos se puede leer “La industria, la agricultura, todo para el frente” o “24 horas son pocas, trabajad todos para el frente”; o en las imágenes que se muestran de los coches con los logos de las empresas colectivizadas por la CNT.
Además, las imágenes de obreros trabajando y máquinas funcionando que remiten al mundo del trabajo se repiten bastante. También podríamos mencionar como ejemplo de propaganda el titular que aparece de Solidaridad Obrera, el cual dice que los milicianos prefieren “desaparecer antes que olvidarse de una sola de sus consignas”, dando así una inmensa importancia a los lemas e ideas sostenidos por los anarquistas.

Este documental denota también un cierto sexismo, por otra parte común en la sociedad de entonces. Y es cuando se deja claro que los hombres han de ir a luchar al frente y recibir instrucción militar, mientras que las mujeres se quedan en casa ocupándose de la economía doméstica (para lo cual reciben una clase magistral) o tejiendo.

Es interesante también comentar la importancia que se le da a la responsabilidad tanto en la guerra como en el trabajo, por si quedaba alguna duda de que el filme está producido por un sindicato. El trabajador que explica esa importancia de la responsabilidad dice que si no la hubieran tenido “hoy seríamos esclavos”.

Más adelante se efectúa una crítica interesante contra el régimen burgués imperante antes de la Revolución. A modo de feedback muestran cómo era la fábrica antes de estar colectivizada por los anarquistas: en manos de un empresario arrogante, que trataba fatal a su secretaria, al que sus trabajadores y subordinados rendían pleitesía. Esta situación contrasta con la posterior (en manos de los anarquistas), donde los trabajadores se organizan, no están explotados, y hasta ponen una biblioteca en su centro de trabajo. Confiere una cierta legitimación de la Revolución social, ya que la situación anterior se hacía insostenible y era preciso cambiar las cosas radicalmente, a la par que fomenta el odio hacia las clases capitalistas y burguesas.
Al final, aparecen imágenes de los trabajadores abandonando la fábrica, y de fondo el himno A las barricadas. También se muestran chimeneas de fábricas echando humo, que de nuevo remiten al mundo del trabajo, y la imagen de un miliciano empuñando un fusil.
PD: Añado a las secciones de DOCUMENTOS INTERESANTES y UNIVERSIDAD este documento elaborado por la CNT en el que se analiza el informe oficial que está sirviendo de base para los cambios en el modelo de financiación universitaria.
También, en la sección de MIS TEXTOS FAVORITOS, he colgado este texto publicado en insurgente.org: Un vuelo desde Cuba con polémica.

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