lunes, 31 de marzo de 2008

EL SEÑOR BRAUN Y SU FALTA DE EMPATÍA

Navegando por la red me he encontrado con este artículo de Carlos Rodríguez Braun publicado en Libertad Digital el 30/09/07 y titulado "Maldito capitalismo deslocalizador".
A la vista de dicho título, no se piense el lector que Rodríguez Braun es un destacado activista anti-globalización que acude a protestar a todas las cumbres del G-8, más bien lo contrario, es conocido y valorado por su defensa de las leyes del "libre" comercio que imperan en la civilización de hoy.
El artículo en cuestión me ha llamado la atención porque, a simple vista, puedo detectar una cierta falta de empatía en el amigo Carlos al sostener que el sistema económico que fuerza que unos trabajadores (los de Delphi en concreto) se queden en la puta calle a causa de la deslocalización de su centro de producción a Marruecos constituye "una bendición". ¡Bendito sea el capitalismo, que crea las condiciones para que una persona deje de poder llevar dinero a casa con el que mantener a su familia!. Carlos Rodríguez Braun dice que es una bendición porque "las empresas buscan salarios bajos pero su propio desarrollo los aumenta, y los aumenta tanto que al final es menester buscar otro sitio, donde el efecto será el mismo: ahora subirán los salarios en Marruecos y al final Delphi se irá a otro lugar más pobre, y continuará enriqueciéndolo". Increíble. Si no fuera porque sé que este señor es terrícola (aunque quizá la foto de arriba no sea la más indicada para sostener esta afirmación), diría que vive en el país de la chocolata. O sea, que es una bendición que una empresa se deslocalice. ¿Pero para quién es una bendición? Para el dueño de la empresa sin duda, pues con una mano de obra más barata el beneficio que obtendrá será bastante mayor que con una mano de obra "cara" (y digo cara por decir algo, porque sabemos que los salarios en España no están para presumir de ellos). ¿Y para los trabajadores? ¿La deslocalización es una bendición para los trabajadores? Evidentemente no, más bien es una putada, aunque Carlos Rodríguez Braun piense lo contrario. Se nota que el periódico donde él escribe no se va a deslocalizar a Marruecos en busca de mano de obra más barata (dudo que, de hecho, en Marruecos haya periodistas dispuestos a defender las teorías económicas que Braun defiende), por lo que no es de extrañar que el señor Rodríguez Braun sea incapaz de imaginarse por lo que están (o han estado) pasando los trabajadores de Delphi al ver que su puesto de trabajo se esfumaba en el aire.
Por eso digo que este señor, y posiblemente los liberaluchos en general, carecen completamente de empatía. Porque hablan de lo que va a ser bueno o malo para el mercado (¡el sacrosanto mercado!) como si éste de una persona se tratase, sin pensar en el bienestar de las personas, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Contemplan el mercado y los individuos que en él se desenvuelven desde fuera, como quien contempla los peces de un acuario sin pensar que esos peces sienten y padecen.
Pero lo que viene a continuación en el artículo de Braun sí que es el colmo de la falta de empatía: Cita las quejas que efectuaba el sindicato CCOO al ver que los jornaleros andaluces se veían obligados a emigrar a Francia en busca de mejores condiciones de vida. Para Carlos Rodríguez Braun estas migraciones suponen una mejora en la condición de los trabajadores. ¡Vaya, cojonudo! O sea, que Rodríguez Braun, cuando le toque joderse y perciba que su salario no le es suficiente para vivir (no seamos utópicos, sabemos que a este tipo, si defiende lo que defiende, nunca le va a pasar tal cosa), no protestará por una subida salarial, sino que se limitará a emigrar a otro país en busca de salarios más altos. Como quien cruza la calle, pues ala, a cambiar de país, renunciando a su tierra, al lugar en el que ha crecido, y renunciando también a la gente con la que se ha criado y ha convivido.
¿Acaso no se le ha ocurrido a don Carlos que esos trabajadores que se ven obligados a "mejorar su condición" prefieran mejorarla en su casa, con su gente? ¿No se le ha ocurrido que lo ideal sería que ninguna persona se viese obligada a irse lejos de los suyos en busca de un nivel de vida digno? No, claro que no se le ha ocurrido. Empatía es lo que le hace falta al señor Braun.

miércoles, 26 de marzo de 2008

LA DICTADURA DEL CAPITALISMO (I)

Dejo aquí un trabajo que he terminado hace poco acerca del capitalismo. No pretende ser una especie de nueva "biblia" para entender el capitalismo, pues muchas de las críticas que en este trabajo se presentan son archiconocidas, pero sí pretende dar a conocer el orden social capitalista de un modo general. El destinatario en el que he pensado a la hora de escribir estas líneas es ese chaval de 12-13 años (lo que no quiere decir que si eres mayor debas dejar de leer, más bien al contrario: sigue leyendo) que ha oído hablar del capitalismo, pero que no sabe por qué es criticado por tanta gente. Del mismo modo, me ha servido a mí mismo para entender un poco mejor el actual sistema capitalista, y espero que sea de agrado para todo aquel que se digne a leerlo.

Al igual que hice con Influencia de los medios en la Opinión Pública, he dividido el trabajo en tres partes para hacer más fácil su lectura, pero también puede leerse de un tirón en la sección TRABAJOS de este mismo blog, donde podréis encontrar otros trabajos como La hipnosis, El periodismo de investigación o Privatizar la guerra (este último junto con Jordi Roca Agut, administrador del blog La última butaca).

Por lo demás, aquí tenéis. Espero que os guste.


LA DICTADURA DEL CAPITALISMO

EL CAPITALISMO. EN QUÉ ESTÁ BASADO.
El capitalismo es un sistema basado en el libre comercio, en la libre circulación de mercancías. La existencia de este libre comercio implica unas relaciones de compra-venta: yo tengo algo que vendo, y con el dinero que obtengo al venderlo puedo comprar más cosas, las cuales luego podré volver a vender a un precio más elevado que aquél por el que las compré, obteniendo así un beneficio. El capitalismo también está basado, pues, en la obtención del beneficio privado: las cosas no se hacen “porque sí”, sino que se hacen buscando una recompensa propia, una satisfacción personal. En unas relaciones de compra-venta que sostienen el sistema capitalista la forma de obtener beneficio es comprar barato y vender caro. Por ejemplo, yo tengo 100 € y compro un objeto que cuesta 10 €. Me quedaré entonces con 90 € y con un objeto de 10 € de valor. Imaginemos que yo ahora vendo ese mismo objeto. Pero no a 10 €, porque entonces me quedaría como al principio y no obtendría beneficio, sino a 60 €. El resultado final sería que yo tendría 150 €, es decir, 50 € más que al principio. Habría obtenido pues, un beneficio de 50 €. Esto es más o menos en lo que está basado el capitalismo, a esto nos referimos cuando hablamos de beneficio: a comprar barato y vender caro.

MEDIOS DE PRODUCCIÓN EN MANOS PRIVADAS.
En el capitalismo los medios de producción (esto es la maquinaria que hace posible la obtención de bienes que demanda la sociedad para satisfacer sus necesidades) están en manos privadas, pertenecen a unos pocos: a la clase privilegiada, a la burguesía. La burguesía es quien tiene esos medios que producen los bienes que demanda la sociedad. No obstante, esos medios no producen bienes por sí solos, necesitan “algo” que los haga funcionar. Ese “algo” es la mano de obra, y es aportada por lo que llamaremos clase asalariada, que la constituyen las personas que no tienen los medios de producción, y venden su fuerza de trabajo para hacerlos funcionar.
A simple vista, podría decirse que la actividad de la burguesía es una actividad altruista, pues, teniendo los medios de producción, produce los bienes que el conjunto de la sociedad reclama para satisfacer las necesidades de cada individuo. Pero no olvidemos que estamos en un sistema capitalista, y como ya hemos dicho, el capitalismo está basado en el beneficio privado, por lo que la burguesía no desempeña su función de una manera altruista, “porque sí”, sino que la desempeña con vistas a obtener un beneficio propio. Decíamos también que para que los medios de producción funcionen, es necesaria la mano de obra aportada por la clase asalariada. Bien, pues esa mano de obra es comprada por la burguesía, y los productos que esa mano de obra produzca serán vendidos a la sociedad para satisfacer sus necesidades. Pero recordemos que la burguesía busca obtener beneficio, y recordemos también que para obtener beneficio mediante unas relaciones de compra-venta que sustentan el sistema capitalista, hay que comprar barato y vender caro. La burguesía entonces, compraría barata esa mano de obra y vendería caros los productos que esa mano de obra produjese.
¿Y dónde compra la burguesía esa mano de obra barata? En los países pobres. ¿Y dónde vende la burguesía a altos precios los productos obtenidos? En los países ricos. Vemos así, que el capitalismo necesita de la existencia de países ricos y países pobres. Es decir, el capitalismo necesita la desigualdad entre países para mantenerse como sistema, porque en el momento en que los países pobres alcanzasen el nivel de desarrollo de los ricos, la mano de obra de esos países dejaría de ser barata, y no se obtendría beneficio, por lo que la base fundamental del capitalismo no existiría, y éste se vendría abajo. El capitalismo nunca va a querer la igualdad, porque no le conviene. Se podría decir que la desigualdad es otro de los pilares sobre los que el capitalismo está basado.
Por otra parte, el que los medios de producción estén en manos privadas implica, no sólo la búsqueda del beneficio, sino también el hacer todo lo posible por no perder dinero. No tendría sentido, por ejemplo, comprar un objeto por 20 € y venderlo por 10 €, pues estaríamos perdiendo 10 €, y eso es algo que nadie quiere. Del mismo modo, cuando un empresario compra mano de obra barata y vende los productos que ésta produce, el precio de la mano de obra que compra tiene que ser más bajo que el precio de los productos finales que venderá. Cuanto mayor sea la diferencia entre el precio de la mano de obra y el precio de los productos finales vendidos, mayor será el beneficio obtenido por el empresario. Esto lleva al empresario a tratar de reducir por todos los medios posibles el coste de la mano de obra, lo que tiene unas consecuencias desastrosas en la sociedad, como veremos más adelante. A un empresario, por ejemplo, le interesa producir mucho, ya que cuanto más produzca, más productos podrá vender, y cuantos más productos venda, mayor será el beneficio obtenido. Entonces, lo que parece más lógico es contratar mucha mano de obra, muchos trabajadores, para que produzcan en grandes cantidades y obtener así más beneficios. Pero claro, no podemos olvidar que esa mano de obra cuesta dinero, y nadie nos asegura que vayamos a vender todos los productos que hemos obtenido en el proceso de producción. Puede ocurrir que el empresario, efectivamente, contrate mucha mano de obra, dando empleo a miles de ciudadanos, produciéndose una gran cantidad de bienes. Pero ¿y si luego no vendemos esos bienes producidos? Habríamos gastado mucho dinero en contratar (comprar) esa mano de obra pero no lo habríamos recuperado, por lo que no habríamos obtenido beneficio, más bien al contrario: habríamos perdido dinero. El empresario, lógicamente, no quiere perder dinero, por lo que es muy cauto a la hora de contratar gente, y contrata sólo hasta cierto número de trabajadores, los que se puede permitir. Esto implica una selección: se elige a unos mientras que otros se quedan en la estacada, formando lo que se conoce como tasa natural de desempleo o, más coloquialmente, parados.
Vemos entonces que el hecho de que los medios de producción estén en manos privadas hace que haya un sector de la población que trabaja y otro sector que no. Además, el que sólo una parte de la población trabaje quiere decir que todo el trabajo recae sobre un determinado número de personas. Estas personas, entonces, tienen que hacer todo el trabajo repartiéndoselo, el trabajo se reparte entre los trabajadores, y cada trabajador toca a un número de horas de trabajo determinadas. Estas horas de trabajo constituyen lo que llamamos “jornada laboral”. Si el número de trabajadores fuese mayor, el trabajo se repartiría entre más gente y, consecuentemente, la jornada laboral se vería reducida, con lo que los trabajadores tendrían más tiempo libre para sí mismos, pudiendo realizar aquellas actividades que de veras les interesan y realizándose mejor como personas. Por ejemplo, supongamos una obra que precisa de cuarenta horas al día para avanzar. En ella, el empresario tendría contratados a cinco obreros que echarían ocho horas diarias cada uno (cuarenta en total). Pero, ¿por qué no contratar a diez obreros en lugar de cinco? Las cuarenta horas diarias que precisa la obra se repartirían entre esos diez obreros, por lo que la jornada laboral de cada uno de ellos se vería reducida a la mitad (40/10 = 4 horas de trabajo cada uno). Esto parece fantástico, ¿por qué no se hace entonces?, ¿por qué no se cogen cinco parados y se les mete en esa obra? Por una sencilla razón: al empresario no le sale rentable, le cuesta mucho dinero. Decíamos antes que el empresario tratará por todos los medios posibles de reducir los costes de la mano de obra, y como es más barato pagar cinco salarios en lugar de diez, pues preferirá quedarse sólo con cinco trabajadores. Otra cosa que también podría hacer es, efectivamente, contratar a los diez trabajadores pero pagando la misma cantidad de dinero que pagaría si sólo tuviese cinco, con lo que lo que se vería reducido a la mitad no es el trabajo, sino el sueldo de los trabajadores. Pero esto, obviamente, no se puede hacer si lo que se pretende es preservar la dignidad de los trabajadores. Además, tal y como señala Alexander Berkman en su libro El ABC del comunismo libertario, el hecho de emplear más trabajadores en una fábrica implica una mayor inversión de capital por parte del empresario, ya que necesitará una fábrica más grande, así como más maquinaria, lo que reduciría drásticamente sus beneficios, por lo que un empresario nunca va a querer contratar más gente, y le convendrá más tener pocos trabajadores que estén continuamente trabajando de forma eficiente. Podemos apreciar entonces, que el que los medios de producción estén en manos privadas impide que los trabajadores tengan más tiempo libre para sí mismos con lo que poder realizarse como personas humanas, y a la vez genera un sector de la población en paro, sin trabajo. Y todo ello a partir de la selección. Se selecciona a las personas atendiendo a lo rentables que sean, con lo que la humanidad de cada persona desaparece totalmente, pasando a ser ésta poco más que mercancía. Así, vemos que el capitalismo no sólo necesita de la desigualdad para mantenerse en pie, sino que también la crea al decir “tú eres productivo; tú no lo eres”. Es decir, se produce un claro fenómeno de retroalimentación, en el que el capitalismo genera la desigualdad sobre la que estará basado para generar más desigualdad sobre la que basarse, y así sucesivamente.

LA DICTADURA DEL CAPITALISMO (II)

ALGUNAS FAMOSAS CRÍTICAS CONTRA EL CAPITALISMO.
Una de las críticas que más veces se ha lanzado contra el capitalismo es aquella que sostiene que el capitalismo aliena al trabajador al despojarle del producto que él mismo ha producido y, posteriormente, vendérselo. Imaginemos que un empresario tiene 100€, y quiere producir un determinado producto. Para ello deberá gastarse parte del dinero que tiene en la mano de obra y en la maquinaria que producirá ese producto. Supongamos pues que se gasta en total (mano de obra y maquinaria) 10€, de los cuales 2€ irían para los trabajadores y el resto para la maquinaria (capital). Los trabajadores producirían el producto a cambio de 2€, y acto seguido ese producto iría a parar a las manos del empresario que les tenía contratados, el cual ya no tendría los 100€ iniciales, sino 90€ y el producto obtenido a partir de la mano de obra. El empresario no sólo quiere recuperar los 10€ que le costó obtener el producto, ya que entonces no obtendría beneficio, sino que busca sacar más dinero del que tenía inicialmente. Es decir, vendería el producto a un precio siempre superior a los 10€. Nosotros vamos a suponer que lo vende a 20€, con lo que el empresario tendría un total de 110€ (90 + 20), es decir, habría obtenido un beneficio total de 10€. Para que los trabajadores (mano de obra) pudiesen adquirir el producto que ellos mismos han producido, deberían trabajar un total de 10 veces más (recordemos que cobraban 2€), con lo que ya tendrían los 20€ con los que adquirir el producto obtenido. Pero claro, si en 1 trabajo el empresario ha obtenido un beneficio de 10€, en 10 veces más de trabajo estaría obteniendo un total de 100€, quedándose al final con 200€. Los trabajadores ya tendrían el producto que ellos mismos han producido pero, a costa suya, el empresario habría duplicado su patrimonio personal.
Conocida es también la teoría que relaciona las guerras imperialistas con el capitalismo: los Estados necesitan recursos naturales para poder mantener a su población. Pero estos recursos no son interminables, sino que son finitos, lo que hace que los Estados deban desempeñar una lucha constante entre sí para poder hacerse con el mayor número de recursos posible. Esta forma de repartirse el mundo es la que da lugar a las guerras entre países por acaparar mayor cantidad de mercado, que únicamente benefician a los capitalistas propietarios de los medios de producción, ya que son ellos los que, a partir de las materias primas obtenidas mediante el saqueo de los países ricos en recursos, crearán los productos que posteriormente venderán al conjunto de la población.

EL ADOCTRINAMIENTO CAPITALISTA.
Decíamos que el capitalismo genera la desigualdad que él mismo necesita para sobrevivir, y que lo hacía a partir de un proceso de selección en el que se decía quién es productivo y quién no lo es. Ya desde pequeños somos sometidos a ese proceso de selección en la escuela. Ya se nos educa en el colegio para ser competitivos y productivos. Se podría decir que se nos adoctrina en la religión capitalista. El mercado laboral no tiene sitio para todo el mundo. En el capitalismo no sale rentable que todo el mundo esté trabajando, porque serían demasiados salarios a pagar, por lo que se hace necesaria una selección desde los primeros momentos de la infancia:
La meta de todo hombre es la felicidad al fin y al cabo, y esa felicidad en el capitalismo se ve traducida en ocupar un buen puesto dentro del mercado laboral, un puesto que te permita llevar una vida digna, lo que coloquialmente conocemos como “ser un hombre de provecho”. No todos pueden tener una vida digna en el capitalismo, es necesario que haya personas que hagan el trabajo sucio, por lo que se hace necesario establecer quién va a llevar una vida digna y quién no. Entonces, desde pequeños, en la escuela, uno va atravesando filtros en forma de exámenes, filtros que cada vez se van haciendo más exigentes y menos tolerantes, por lo que mucha gente se queda en el camino, y sólo unos pocos logran llegar al final. Éstos son los que llevarán una vida digna, los productivos y competitivos, y los otros no serán más que esa multitud asalariada de la que la clase dominante podrá vivir.
La escuela en el capitalismo no sirve pues, para impartir conocimiento, no busca crear individuos cultos y formados, sino que lo que busca es crear autómatas productivos que salgan rentables. Se produce así un claro asesinato del conocimiento, del saber por el saber, y en su lugar aparece una especie de criadero de futuros robots adaptados milimétricamente a las condiciones de vida que dispone el capitalismo, ya les toque ser asalariados, ya les toque ser “hombres de provecho con una vida digna”, el caso es que queden bien adaptados y acepten sin más el orden social capitalista como algo necesariamente natural, como algo que es así y que no puede ser de otro modo.Además, el hecho de tener que ver a “el otro” como “el enemigo” con el que hay que competir en lugar de como “el amigo” con el que hay que colaborar, supone un claro envenenamiento de las relaciones sociales. Ese con el que te cruzas busca ser mejor que tú, va a por ti, y si no te pones las pilas te va a coger, por lo que tienes que andarte con cuidado y ser astuto para lograr estar en una posición mejor que él. El hecho de querer estar por encima del resto implica no sólo esforzarse por ser mejor que ellos, sino también hacer lo posible para que ellos queden por debajo de ti. El individuo permanece así en un estado de lucha constante contra todo lo que no sea él mismo, y la lucha siempre conlleva destrucción, la destrucción del contrario. Ese es otro de los pilares sobre los que se asienta el capitalismo: la destrucción de los demás, con toda la retahíla de crímenes y malas acciones que eso conlleva.

LA DICTADURA DEL CAPITALISMO (y III)

EL CAPITALISMO EN EL MUNDO. DESIGUALDAD.
Más arriba, señalábamos que el capitalismo necesita que haya países pobres para mantenerse en pie como sistema imperante, ya que en el momento en que los países pobres alcanzasen el mismo nivel de desarrollo que los ricos, la mano de obra ya no sería tan barata, con lo que el beneficio no sería tan grande y el capitalismo dejaría de tener razón de ser. Por si esto fuera poco, el informe de Worldwatch Institute sobre ‘El Estado del Mundo’ “El estado del Mundo 2007: nuestro futuro urbano”, señala que las ciudades ocupan sólo el 0,4% de la superficie terrestre y son las principales responsables de las emisiones de carbono a la atmósfera [1]. O sea, que si sólo ocupando el 0,4% suponen un problema, ¿qué pasaría si todo ese tercer mundo que queda por industrializar alcanzase el nivel de desarrollo de los países capitalistas industrializados? La atmósfera se vería desbordada de carbono, porque las ciudades ya no serían sólo el 0,4% de la superficie (lo que ya es bastante preocupante), sino muchísimo más. Así, podemos volver a apreciar que en un sistema capitalista no interesa que los países subdesarrollados se desarrollen, pues eso supondría unas altísimas cotas de contaminación medioambiental, y un suicidio para la población mundial. Además, según la organización “Justicia y Paz”, una minoría rica de la población mundial (inferior al 20%) consume la gran mayoría de los recursos naturales, los cuales son finitos, mientras que una mayoría (superior al 80%) no dispone de casi nada. La misma organización presenta el consumo de recursos por parte de la minoría rica en las siguientes proporciones [2]:
- el 70% de la energía
- el 75% de los metales
- el 60% de los alimentos
- el 85 % de la madera
Por lo tanto, no se puede pretender que la inmensa mayoría de la población consuma al mismo nivel que los países más ricos, pues los recursos naturales se verían agotados enseguida, lo que supondría un gravísimo problema para la vida en el planeta Tierra. Queda así reflejado que, en un sistema capitalista, la igualdad no es buena, y que por lo tanto debe mantenerse a toda costa la desigualdad entre países ricos y países pobres. El capitalismo vuelve a necesitar la desigualdad, está basado en ella.


COMERCIO LIBRE (PARA ALGUNOS).
Cuando los teóricos del libre comercio hablan de él, alaban sus ventajas diciendo que es fantástico que un país pueda comerciar sus productos libremente, sin ningún tipo de trabas ni aranceles. No obstante, parece que únicamente tienen “libertad” de comercio los países ricos. Éstos tienen “libertad” para arrasar reservas naturales instalando fábricas en zonas consideradas reservas de la biosfera por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura) [3]. Los países ricos que pregonan la doctrina del libre comercio, tienen libertad para desarrollar actividades económicas en el tercer mundo, pero cuando se trata de que los países subdesarrollados hagan lo propio en el sacrosanto mercado del primer mundo formado por los países ricos, vemos que ese “libre” comercio ya no lo es tanto. Y si no, podemos echarle un vistazo a esos “controles de calidad” que impiden la entrada de los productos de China, por ejemplo, porque no cumplen con los “requisitos” necesarios para asegurar la salud de sus usuarios [4]. Por lo tanto, ese “libre comercio” no es tal. Es libre para unos, pero no para otros.


DE TODO SE PUEDE HACER NEGOCIO.
Puesto que el capitalismo busca obtener beneficios y ganancias a toda costa, una de sus características principales será aquella de querer convertirlo todo en un negocio con el que poder enriquecerse. Y en la palabra “todo” se incluye también derechos básicos que todo ser humano debería tener, como por ejemplo sanidad gratuita, educación pública (también gratuita y de calidad), y derecho a una vivienda digna. El hecho de que todas estas cosas se vean convertidas en negocios supone un claro riesgo para la sociedad, ya que, como todos los negocios, en el momento en que dejen de ser rentables desaparecen sin más. Es decir, esa sanidad, esa educación y esa vivienda se irían al traste.
Hasta hace relativamente poco, el tema de la construcción en España iba bien: se construían casas, lo cual ofrecía empleo a gran parte de la población, en su mayoría inmigrantes. Pero claro, no se construían casas atendiendo a las necesidades de la gente que iba a vivir en ellas (ya que de ser así, los precios habrían estado más asequibles, y no hemos visto nada de eso; más bien al contrario), sino a las de aquellos que poseían las inmobiliarias que construían las viviendas y se estaban forrando. En el momento en que éstos han visto que ya no había más donde construir y que, por lo tanto, no iban a obtener más beneficios, han cerrado el grifo, lo que ha tenido las consecuencias que ha tenido. Sólo en Navarra, por ejemplo, la crisis de la construcción puede enviar al paro a 9.000 personas [5], en Andalucía el número de parados podría aumentar en 63.000 [6], y en la Comunidad Valenciana el paro aumentó en 20.000 personas, siendo los inmigrantes y los jóvenes los más afectados [7]. Por no hablar del problema que puede suponer que los inmigrantes obreros (que son los que construyen las casas) de los barrios marginales se queden en paro, tal y como ocurrió en Francia, donde centenares de coches fueron quemados por inmigrantes como muestra de repulsa a su deprimente situación.
Sin salirnos del campo de la construcción de viviendas, y atendiendo al aspecto de la maximización del beneficio a base del recorte de gastos por parte de los empresarios de la construcción, es preciso hablar de los accidentes laborales, cuyo elevado número ha supuesto la aparición de un nuevo término para nombrar dicho problema: Terrorismo patronal. Según hemos visto, un empresario, cuanto menos dinero se gaste en mano de obra, tanto mejor, ya que el beneficio obtenido será mayor. Una forma de reducir los gastos en la mano de obra es invertir menos en seguridad laboral, lo que da lugar a numerosísimas muertes en los centros de producción. Así, según la organización anarcosindicalista CNT, en el año 2007 fueron 1.191 los muertos en el trabajo, y sólo en Guadalajara se produjeron 6.705 accidentes laborales, lo que supone un índice de 8 accidentes por cada 1.000 trabajadores, volviendo a afectar principalmente a inmigrantes, jóvenes y contratados temporalmente [8].
En cuanto a la sanidad, el capitalismo también deja su huella dando lugar a un servicio pésimo, falto de calidad, con unos elevados costes debidos a la privatización, y con unas condiciones tercermundistas en los hospitales públicos. No hay más que mirar a Madrid, Murcia y Valencia, tres feudos del partido capitalista por antonomasia en el Estado español: el PP. Según la FADSP (Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública), la sanidad de estas tres comunidades autónomas es la peor de toda España [9], y pruebas de ello las podemos ver en hospitales públicos madrileños como La Paz, el Ramón y Cajal, el Gregorio Marañón o el Hospital de Móstoles, donde muchos enfermos ingresados tienen que pasar las noches bajo la luz de los pasillos debido a la falta de camas, soportando sus cánceres o sus pancreatitis entre el bullicio de la gente que pasa por los pasillos y los demás enfermos [10].


CONCLUSIÓN.
Vemos así, que el capitalismo, más que un modelo económico que busca el progreso del ser humano, parece más bien un sistema creado por la clase dominante para obtener beneficio a partir de la clase trabajadora y su necesidad de producir bienes para vivir. La capacidad creadora del hombre es transformada en negocio con el que unos pocos podrán lucrarse, y el hombre pasa a ser poco más que materia a explotar por la clase dominante, lo que provoca la deshumanización del individuo. Una persona es más o menos válida según sea rentable o no lo sea, y la sociedad, el conjunto de la población, no es más que un lugar donde los propietarios pueden invertir, una especie de pasto para los capitalistas. ¿Y las leyes? Las leyes simplemente legitiman ese orden social que perjudica gravemente al hombre. Sería bueno preguntarse para qué intereses se legisla a día de hoy: ¿Se legisla para los intereses de los hombres? ¿O se legisla más bien para los intereses del capitalismo?
La civilización de hoy parece algo hecho para que unos pocos se lucren. Los ciudadanos vivimos para servir a los intereses de unos pocos; no a los nuestros propios. Somos súbditos alienados por los medios de comunicación y la propaganda que aquellos que nos explotan poseen y nos hacen llegar, convirtiéndonos en sujetos pasivos, haciéndonos creer y convenciéndonos de que esto es vivir y ser libre. Nadie quiere rebelarse, porque nadie sabe que puede rebelarse, y no sabe contra quién tiene que rebelarse. El enemigo está en casa, está dentro de cada uno de nosotros, en nuestras acciones, en nuestros pensamientos y sentimientos. Vivimos en una dictadura mucho más eficaz que cualquier régimen militar. Vivimos en una dictadura mucho más eficaz que cualquier régimen comunista totalitario. Vivimos en la dictadura del capitalismo.

FUENTES:
[1] http://www.canalsolidario.org/web/publicaciones/ver/?id=686
[2]http://www.juspax-es.org/cadizceuta/noticias/Reflexi_sobre_el_Medio_Ambiente07.htm
[3] http://brazil.indymedia.org/es/blue/2007/11/401929.shtml
[4] http://www.lanacion.com.ar/archivo/Nota.asp?nota_id=961145
[5]http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2008/03/11/economia/navarra/d11nav49.1187256.php
[6]http://www.libertaddigital.com/noticias/kw/andalucia/chaves/construccion/crisis/inmobiliaria/inmobiliarias/kw/noticia_1276321481.html
[7]http://www.laverdad.es/alicante/20080126/provincia/alicante-valencia-crisis-construccion-20080126.html
[8] http://www.cnt.es/noticia.php?id=3760
[9] http://www.20minutos.es/noticia/275181/0/sanidad/madrilena/peores/
[10]http://www.elpais.com/articulo/madrid/Colapso/urgencias/hospitales/elpepuespmad/20070207elpmad_4/Tes/

domingo, 23 de marzo de 2008

EL QUERER Y EL DEBER

Era una tarde/noche de domingo, fría como ella sola, a finales de las vacaciones de Semana Santa (que de "Santa" no tuvo nada, por cierto), y llegué a casa medio borracho tras haber estado cerveceando con un colega toda la tarde.
Hablábamos de que teníamos 20 años, y de qué íbamos a hacer con nuestras vidas...
Sabía que tenía cosas que hacer, cosas para la universidad que al lector no le interesan, pero que a un servidor (en teoría) sí, pues se trata de su futuro. No obstante, aunque sabía que DEBÍA hacer esas cosas, no QUERÍA hacerlas, no me apetecía nada hacerlas. Prefería hacer otras, QUERÍA hacer otras cosas, las cuales seguramente me aportarían más que aquellas que DEBÍA hacer. Así pues, decidí mandar a tomar por culo aquellas cosas que DEBÍA hacer y me puse a hacer aquello que de verdad, en los más profundo de mi corazón y mi alma, QUERÍA hacer...

jueves, 20 de marzo de 2008

PROPUESTAS PARA NUESTROS POLÍTICOS

Aquí van algunas propuestas para nuestra "queridísima" clase política:

1) ABSTENCIÓN REPRESENTADA.
Cuando se celebran elecciones, un gran porcentaje de personas con derecho a voto no ejerce éste, y decide abstenerse. Sería muy recomendable que estas abstenciones se viesen también representadas en el Parlamento, pues no dejan de reflejar el sentir de una parte de los ciudadanos. Así, por ejemplo, si en unas elecciones se produce un 25% de abstención, en el Parlamento, el 25% de los escaños debe estar vacío, con lo que la realidad política del Estado estaría más presente en el hemiciclo. Si a medida que pasan los años los escaños van vaciándose en mayor cantidad, la clase política deberá darse cuenta de que algo falla, y deberá hacer lo propio para solucionar el problema de la abstención.

2) USO EXCLUSIVO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS.
Los políticos deben utilizar única y exclusivamente los servicios que ellos mismos disponen para los ciudadanos. Es decir, sus hijos deben estudiar en escuelas públicas, deben moverse en transporte público (o en uno privado NO oficial), y en caso de estar mal de salud sólo podrán acudir a la sanidad pública. Pienso que es la única forma eficaz para lograr que los servicios públicos funcionen completamente bien, que los políticos usen a la fuerza aquellas cosas que dicen cuidar al máximo en pro del bienestar de los ciudadanos.

3) SUELDO DE LOS POLÍTICOS.
Los políticos nunca podrán cobrar más del salario medio que haya en el Estado en el que gobiernen. Así, por ejemplo, si en un Estado determinado el salario medio es de 1.500 €, los políticos no podrían cobrar más de esa cifra. De esa forma sí que estarían interesados realmente en subir el salario medio del ciudadano, ya que a ellos les va a afectar directamente también, y llevarían a cabo todas las políticas posibles para que el salario medio fuese en aumento.
Por supuesto, las mujeres políticas cobrarán exactamente lo mismo que el sueldo medio de la mujer trabajadora.

4) EXTENSIÓN DE LA LEY DE PARTIDOS.
Existe una ley de partidos que permite ilegalizar listas electorales por el simple hecho de que uno de sus miembros tenga relación con un entorno terrorista. Propongo extender esta ley de partidos al campo de la corrupción: si uno de los miembros de la lista electoral está relacionado directa o indirectamente con alguna trama de corrupción del tipo que sea, que la lista sea automáticamente ilegalizada. Es un método bastante eficaz para acabar con la lacra de la corrupción, ya que lo políticos se lo pensarán dos veces antes de perjudicar gravemente a su partido.

5) VOTO NEGATIVO.
En época de elecciones, puede ocurrir que un ciudadano no tenga claro quién quiere como gobernante, pero sí puede tener claro quién NO quiere como gobernante. En lugar de tener que recurrir al voto útil y elegir a un candidato que en realidad tampoco quiere, debería inventarse el voto negativo. Mediante este voto se podrían restar los votos obtenidos por un partdo determinado. Así por ejemplo, si un partido político tiene 100 votos y yo deposito un voto negativo, el partido político en cuestión tendría 99 votos, uno menos que antes de depositar en la urna el voto negativo.

Estas son algunas de las propuestas que pueden hacer nuestra "democracia" más democrática todavía, pero hay muchas más. Si a alguien se le ocurre alguna otra, que no dude en publicarla en los comentarios, sólo hace falta un poco de imaginación.

lunes, 17 de marzo de 2008

EL SUICIDIO

Hay quien dice que los suicidas son gente egoísta. "¡¿Cómo puede suicidarse, dejando una niña sóla en el mundo?!, ¡¿Qué será de su hija, ahora que no tiene una madre?!". Son algunas de las frases que se dijeron cuando murió Erika Ortiz, la hermana de la princesa.
No estoy nada de acuerdo con aquellas personas que acusan de egoísmo a los suicidas, de hecho pienso que es al contrario, que los egoístas son ellos. Tú no sabes por lo que está pasando esa persona para que la única solución que vea a su problema sea quitarse la vida. Para tí es muy fácil decir eso de "qué egoísta, con una hija...", porque no estás en su cuerpo, no estás en su piel, no puedes sentir lo que esa persona siente, y no puedes siquiera imaginar lo mal que lo está pasando. Vives de puta madre, o tendrás tus problemas, pero desde luego vives con la suerte de que no te afectan de la misma manera que a los suicidas. En vez de alarmarte porque se quite la vida y deje a su hija huérfana, deberías pararte y hacer la siguiente reflexión: "¿Cómo de mal lo tendría que estar pasando para que, aún teniendo una hija, haya decidido quitarse la vida?".
Hay quien no puede levantarse de la cama a empezar el día de lo mal que lo está pasando. Hay quien simplemente no puede continuar, no puede seguir viviendo. ¿Y tú vas y le llamas egoísta? Egoísta tú, tío, egoísta tú.
Habrá otra entrada sobre el suicidio...
PD: Lo que vale tu voto.

viernes, 7 de marzo de 2008

ETA VUELVE A MATAR

Lo han vuelto a hacer. ETA ha vuelto a matar. Esta vez le ha tocado a Isaías Carrasco, ex-edil socialista en el ayuntamiento de Mondragón (Arrasate en euskera). Han sido cinco tiros por la espalda, en presencia de su hija y su mujer.
Carrasco trabajaba de cobrador en una caseta de peaje en Bergara, en la autovía A-8, y renunció a llevar escolta.
¿Qué decir respecto a este atentado? Pues que me parece muy lamentable, en general la propia actividad de ETA lo es. El tipo que le ha matado se creerá que es todo un revolucionario disparando a un cobrador de una caseta de peaje por la espalda. Y en presencia de su hija...
¡A ver con qué orgullo dices tú ahora que estás por el reconocimiento de Euskal Herria! ¿Pero cuándo se va a dar cuenta ETA de que la primera que perjudica a la izquierda abertzale es ella misma? Y encima estamos en época de elecciones. Prepárense los abertzales para recibir todo tipo de recriminaciones por parte de partidos políticos, medios de comunicación afines, incluso determinados sectores e individuos de la sociedad, porque no nos olvidemos: en este país, en esta sociedad, en este contexto histórico-político-sociocultural, todos quieren sacar tajada a partir de acontecimientos impactantes. Algo parecido a la doctrina del shock de la que habla Naomi Klein en su libro.
El circo se ha inaugurado, y todo a partir del brutal asesinato de un trabajador de una caseta de peaje. Bienvenidos a España, la tierra donde el terror se convierte en espectáculo.
PD: Quede presente mi solidaridad y afecto hacia la familia de Isaías Carrasco.
Recomiendo leer esto.

PATRICIA Y SU MÉRITO

La semana pasada se celebró la gala de Miss y Mister España. Los que me conozcan personalmente, o simplemente me hayan leído alguna vez en este blog, se imaginarán cuál es mi opinión respecto a este tema.
Atrás quedaron los días en los que se premiaba a aquel que inventaba una bombilla de larga duración, o a aquel que diseñaba un motor de bajo consumo, o aquel que descubría una cura para alguna enfermedad. Ya no importa que seas toda una máquina en salto de altura, o que seas capaz de nadar rapidísimo a todos los estilos habidos y por haber. En definitiva, no importa que consigas un logro gracias al esfuerzo, a la constancia y a la lucha, sino que lo que importa es que tengas una cualidad que el resto no tiene, aunque no hayas tenido que pelear una mierda por conseguir dicha cualidad y hayas nacido con ella.
Es deleznable que se le dé un premio a alguien por el simple hecho de ser guapo. ¡¿Qué mérito tiene eso?! Es como si te dan un premio por el hecho de ser rubio, o por el hecho de tener los ojos marrones. Es del todo estúpido y absurdo que se reconozca como un logro algo con lo que ya se nace. Habrá quien me diga que, bueno, si una tía es mazo de fea y putrefacta, y luego con el tiempo se pone mejor y adquiere un aspecto más saludable gracias a una ortodoncia, una liposucción y un corte de pelo ultra-fashion, su mérito tendrá. Yo digo que, hombre, en todo caso el mérito sería del dentista, del cirujano y del peluquero que le atienden, pero en ningún caso de ella. ¡Que le den el premio al cirujano!
Pero desde luego, una de las cosas que me parecen más graves de esta última gala es el hecho de que nuestra miss ¡ayer mismo cumplió los 18 añitos!. O sea, que cuando le dieron el "merecido" premio era una puta niñata. Bueno, qué coño, y supongo que lo seguirá siendo, porque en una semana no creo que haya madurado demasiado. Y eso sumado a que no estamos hablando de una persona cualquiera que se puede culturizar leyendo libros, sino de una miss...
En fin, Patricia, felicidades por tus 18 años, espero que te aproveche el premio y que no te canses demasiado "trabajando", que eso de acudir de una fiesta a otra con la jet-set farlopera y llevar una corona que parece la valla de un cementerio tiene que cansar la ostia. Por no hablar de que tú, al contrario que los chavales de tu edad, no vagueas haciendo lo que hacemos todos los vagos de tu edad: ESTUDIAR. Tú seguirás con la durísima vida de miss, y yo seguiré aquí, haciendo el vago, preparándome la carrera, haciéndome a la idea de que me espera una mierda de futuro en un mercado laboral que poco tiene de bonito (o al menos no es tan bonito como tú, Patricia) y currando los veranos para sacarme un dinerillo. Pero bueno, supongo que me lo merezco ¿no?, pues si lo quería era llevar el mismo nivel de vida que tú, me hubiese bastado con haber nacido guapo...¡Ah!, ¡Se siente!
PD: Los feos. ¿Aún queda sitio en este mundo para nosotros?
Clásico vídeo aquí.

martes, 4 de marzo de 2008

RAJOY Y ZAPATERO. EL DEBATE. (II)

Anoche volvimos a asistir una vez más al cara a cara entre Zapatero y Rajoy, el último antes de las elecciones. Si el anterior debate me pareció un verdadero coñazo, he de decir que el de ayer no lo fue tanto, incluso me divirtió. Reconozco que el estilo de Rajoy me gustó bastante, empleaba un tono cuasi-irónico muy cercano a la gente de a pie, y me hacía gracia, porque parecía que se estaba imitando a sí mismo (igual que Carmen Sevilla en el anuncio en el que habla de sus problemas a la hora de cagar) haciendo gala de su conocido catastrofismo y sus frases directísimas del tipo de "¡Usted miente siempre!", toma ya!. Zapatero, en mi opinión, estuvo fatal, aunque parece que los diarios EL PAÍS y PÚBLICO, al igual que las encuestas, no piensan lo mismo, y si no, echadle un vistazo a la portada de hoy de dichos periódicos.
Yo ví a ZP nervioso, artificial, torpe; mientras que Rajoy estaba más tranquilo, campechano, hacía gracia la forma en la que se expresaba, y creo que le dió a base de bien al Zejas, pero bueno.
Muy rastrero por parte de Rajoy eso de decir que Zapatero estaba usando a los muertos por terrorismo al comparar el número de víctimas en gobiernos del PP con el número de víctimas en gobiernos del PSOE. Incluso el propio Rajoy sabía que nadie estaba usando a las víctimas del terrorismo (bueno, él a lo largo de la legislatura sí que lo ha hecho), pero le convenía dejar a Zapatero como un ser infame y despiadado, y a ello también han ayudado los compañeros de Telemadrid (a.k.a. Tele-fascismo) y demás escoria periodística remarcando dicha acusación.
Tanto Rajoy como Zapatero repitieron sus guindas al final del debate: Zapatero volvió a desearnos buenas noches y buena suerte con una sonrisa forzadísima (como forzados fueron sus calificativos de cobardes y machistas a los maltratadores de mujeres), y Rajoy volvió a mencionar a su queridísima niña. ¡¿Por qué lo hizo?! ¿Es que acaso no sabe que la otra vez hizo uno de los ridículos más espantosos que se recuerdan? Hasta mí han llegado rumores de que han echado al tipo que le escribió el discurso de la niña que vive en el país de la chocolata, pero visto lo visto, ¡vete tú a saber si es verdad!
También es de destacar el hecho de que se hicieron más propuestas que la vez anterior, y el debate fue mucho más dinámico. A esto último ayudó en parte la pésima moderación de Olga Viza, que me pregunto si, en caso de que Zapatero y Rajoy la hubiesen emprendido a escupitajos y tirones de pelo (y de barba y de cejas), tampoco hubiese intervenido para nada, porque desde luego, mientras ambos candidatos se interrumpían ininterrumpidamente (valga la redundancia), la señora no movió ni un dedo. Sé que la no-intervención no está demasiado bien vista en un moderador, pero qué quieren que les diga, yo me lo pasé genial viendo cómo se metían puyas el uno al otro mientras nadie hacía nada. De hecho, propongo que en el próximo debate no haya moderador, y que se deje actuar a ambos candidatos a su libre albedrío, ¿no sería más divertido y espectacular? Habrá quien me diga que la política y los temas que en ella se tratan no son ni mucho menos de diversión ni de espectáculo, pero señores, miren qué clase política y periodística tenemos, y háganse de nuevo esa pregunta: ¿Relamente en España la política no es un espectáculo?...¡Venga ya, hombre!

lunes, 3 de marzo de 2008

VUESTRA DEMOCRACIA NO GUSTA

María San Gil, Dolors Nadal, Rosa Díez y María Teresa Fernández de la Vega. Las cuatro mujeres, las cuatro dedicadas a la política, y las cuatro abucheadas e insultadas en distintas universidades.
Permítanme decir que no siento ninguna pena ni ninguna lástima tras conocer estos hechos, es más, diría incluso que me alegro de que hayan tenido lugar. No obstante, parece que a la opinión pública española, al contrario que a mí, no le ha sentado demasiado bien que estas mensajeras de la libertad y la democracia hayan sido increpadas por "grupos marginales" de extrema izquierda anti-sistema que no respetan nada y que sólo buscan armar jaleo.
Miren, conozco gente que trabaja de comercial a puerta fría hasta altas horas de la tarde, cuando ya prácticamente es de noche y cualquier llamada a la puerta de un extraño que pretende vendernos algo supone una gran molestia. En estas situaciones los comerciales también son insultados e increpados por los inquilinos de las casas que visitan a grito de "estafador", "muerto de hambre, lárgate de aquí",...y sin embargo, la opinión pública española no se exclama ante estos hechos, donde unos simples trabajadores son tratados con muy poco respeto por parte de su clientela. Habrá quien me diga que "no es lo mismo, no se puede comparar un caso con otro", y yo respondo: claro que no es lo mismo. No se puede comparar el sueldazo de un político con el de un comercial, ni las condiciones en las que "trabaja" un político con aquellas en las que TRABAJA un comercial, desde luego que "no es lo mismo". El comercial sabe que está llamando a una mala hora, y que su visita no tiene por qué ser bien recibida, pero hay que comer, y hay que llegar a fin de mes.
Yo no me alarmo ante lo que les ha pasado a estas mujeres (San Gil, Nadal y las demás), es algo que les va en el sueldo. Un obrero sabe que se juega la vida cada vez que se sube a un andamio, un policía sabe que puede recibir un balazo si la cosa se pone fea y desemboca en un tiroteo, un camionero sabe que puede sufrir un aparatoso accidente si se cruza con un loco al volante. Cada profesión tiene sus riesgos, y el riesgo que tiene ser un político en la España actual es precisamente lo que les ha pasado a San Gil, Nadal, Díez y de la Vega: ser abucheado e insultado. Del mismo modo que el obrero, el policía y el camionero saben cuáles son los riesgos de su profesión y a lo que se exponen al ejercerla, un político debe saber que, a causa de su profesión, puede ser insultado, abucheado e incluso agredido.
Pero señoras defensoras de la democracia y las libertades de todos los españoles: no se preocupen, que yo no creo que los ataques que han recibido se deban a su persona y a su forma de ser. No creo que hayan ido a por San Gil por el hecho de ser San Gil, porque si hubiese sido cualquier otro político éste hubiese recibido el mismo trato. En mi opinión, el recibimiento de estas señoras en las universidades ha sido como ha sido para mostrar un gran rechazo, no a cada una de ellas por ser ellas, sino a la democracia representativa en sí. La gente empieza a estar harta de que el pueblo pinte poco en las decisiones que a él le conciernen, empieza a estar harta de que decidan unos pocos por todos. Los ciudadanos no sólo quieren ser escuchados, es que también quieren actuar y tomar decisiones; no que actúen y tomen decisiones por ellos, ¿entienden, señores políticos? El pueblo está harto de que los gobernantes cedan los intereses públicos a manos privadas, está harto de vivir en la dictadura del capitalismo. El pueblo está harto de vuestra democracia representativa de mierda, que es una ESTAFA con mayúsculas. Nos pretendéis pintar este régimen-basura como paradigma de la libertad y cada vez os cree menos gente, no engañáis ya a nadie. Se os está empezando a acabar el chollo, y cada una de las personas que os decía aquello de "¡Fuera fascistas de la universidad!" lo sabe bien. Sabe que quiere decidir sobre su vida y que sois vosotros los que lo impedís. Han sido San Gil, Nadal, Díez y de la Vega, pero podría haber sido cualquier otro que signifique "democracia representativa", porque es precisamente ésta última la que da verdadero asco.
PD: Meteos Bolonia por donde os quepa.

domingo, 2 de marzo de 2008

NO VOTAR NO ES RENUNCIAR A TUS IDEAS, ZP

Me acaba de llegar no hace mucho la propaganda electoral del PSOE y, he de reconocerlo, es bastante original y me ha logrado arrancar alguna sonrisa que otra.
Junto a la típica carta dirigida a mi nombre que habla de lo bien que lo ha hecho Zapatero durante esta legislatura, viene una cartulina con el título de KIT DEL NO VOTANTE. En dicho kit aparecen seis cuadros con un encabezado cada uno, algunos de los cuales son: "Mis ideas sobre el cambio climático", "Mis ideas sobre trabajo", y "Mis ideas sobre educación",...entre otros. Debajo de cada encabezado hay varias líneas en blanco donde se supone que cada uno tiene que escribir sus ideas sobre cada tema. Pues bien, dice el kit del no votante que, si no vas a votar, lo que debes hacer es recortar cada cuadro con tus ideas sobre cada encabezado sin rellenar y tirarlas a la basura. Es decir, da a entender que si no votas es porque eres una persona sin ideas y sin iniciativa, y si es que tienes alguna idea, da igual, no vale para nada, porque si no votas es como si las estuvieras tirando a la basura. De hecho, en la parte de atras de la cartulina (kit) aparece una frase lapidaria: "NO VOTAR ES NO CREER EN TUS IDEAS". Esto me hace mucha gracia. O sea, que según el señor Zapatero, si no voto es como si no creyese en mis ideas. ¡Caramba!, ¿y quien le dice al Zejas que mis ideas no son precisamente las de NO ir a votar? Si mis ideas son partidarias de la abstención y no voy a votar, no sólo no estaría dejando de creer en mis ideas (como el señor ZP sostiene), sino que las estaría reafirmando más y más. De hecho, como sí estaría dejando de creer en mis ideas es siendo partidario de la abstención y acudiendo a las urnas, ahí sí que estaría NO creyendo en mis ideas. Fíjese Zapatero, estaría votando y, precisamente por ello, estaría renunciando a mis ideales, ¿a que eso nunca lo había pensado?