Era una tarde/noche de domingo, fría como ella sola, a finales de las vacaciones de Semana Santa (que de "Santa" no tuvo nada, por cierto), y llegué a casa medio borracho tras haber estado cerveceando con un colega toda la tarde.
Hablábamos de que teníamos 20 años, y de qué íbamos a hacer con nuestras vidas...
Sabía que tenía cosas que hacer, cosas para la universidad que al lector no le interesan, pero que a un servidor (en teoría) sí, pues se trata de su futuro. No obstante, aunque sabía que DEBÍA hacer esas cosas, no QUERÍA hacerlas, no me apetecía nada hacerlas. Prefería hacer otras, QUERÍA hacer otras cosas, las cuales seguramente me aportarían más que aquellas que DEBÍA hacer. Así pues, decidí mandar a tomar por culo aquellas cosas que DEBÍA hacer y me puse a hacer aquello que de verdad, en los más profundo de mi corazón y mi alma, QUERÍA hacer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario