jueves, 31 de enero de 2008

CARTA DE UN ESTUDIANTE CUALQUIERA

Estimado lector:
Si estás leyendo ésto significa que he reventado. Las palabras en mi interior hacían demasiada fuerza para salir y no he podido contenerlas más. Y todo eso ha ocurrido a raíz de darme cuenta de lo que soy: soy mercancía, soy carnaza para el capitalismo.
Todos los días me despierto muy temprano para acudir pronto a un lugar al que llaman universidad. En teoría, éste está para transmitirme conocimiento y formarme intelectualmente y como persona, pero la carrera que estudio ni siquiera me llena.

Día a día recibo información que me es inútil, o al menos me la trasmiten de forma que la percibo como inútil. Noto que lo que de verdad sé, lo que de verdad aprendo, no me lo han enseñado en la universidad, porque lo que me enseñan en ésta se olvida pasadas dos semanas de haber hecho el examen (exámenes, de los cuales hablaré más adelante), sino que lo que de veras aprendo, lo he aprendido por mí mismo, a base de leer e interesarme por diversos temas por mi cuenta, sin que nadie me haya "obligado" a aprenderlo, o me haya "amenazado" con suspender si no me lo aprendo. Hay quien me dice que, aunque la universidad no me aporte conocimientos directamente, sí me invita a conocer el mundo por mí mismo, y yo respondo que entonces es una pena que no haga lo mismo con todos sus alumnos.

En la universidad me dan todos esos "conocimientos" que tengo que tener para poder acceder a eso que llaman mercado laboral. Aún no conozco mucho ese mercado, pero lo poco que he oído sobre él no me ha dado demasiada buena espina: trabajos basura, explotación laboral, no llegar a fin de mes, mileuristas,...Ese mundo de mierda que me aguarda tras pasar por la universidad es para el que me pretenden preparar en la misma. Y no me están preparando para hacerlo más agradable, sino para saber adaptarme a él, aunque no me guste un pelo.

Mi vida tiene poco sentido, en la universidad no me preparan para vivir, sino para sobrevivir. Los que realmente viven son los dueños del mercado laboral, los que parten el bacalao y manejan el cotarro, esos a los que llaman empresarios. ¡Esos tipos sí que son grandes! Pueden decidir sobre su vida, ellos mandan. Si ellos dicen que las cosas son "así", pues entonces "así" serán las cosas, y no hay más. Pero claro, sólo unos pocos pueden llegar a ser empresarios, sólo los que son "competitivos y productivos", en definitiva, los que mejor se ajustan al modelo que se persigue en la civilización de hoy.

¿Y cómo determinar quién es competitivo y quién no lo es? ¿Quién es productivo y quién no? Para determinar esto se crearon los exámenes. Cada cierto tiempo, en la universidad me ponen un examen que evalúa mis conocimientos (los que me dan en la universidad, claro. Porque los que adquiero por cuenta propia suelen chocar frontalmente con los necesarios para ser "competitivo y productivo"). Según la nota que saque y la cantidad de alumnos que haya con notas altas, seré productivo o no lo seré. Si todos sacan un 7 y yo un 9, seré la persona más productiva, y mi acceso al "paraíso" del mundo laboral estará más asegurado que el del resto. Ahora bien, si todos sacan un 9´75, mi 9 no servirá de nada. Aunque tenga exactamente los mismos conocimientos que en el caso anterior, ya no seré productivo, porque ya hay personas más productivas que yo.

El caso es que no todos los seres humanos valen para acceder al mercado laboral y vivir dentro de él en una situación digna, por lo que es necesario seleccionar a unos y quitarse de en medio a otros. Y para saber a quién hay que escoger y a quién hay que quitarse de en medio se creó la universidad.

Atentamente, un estudiante cualquiera.

2 comentarios:

  1. Amén, si me permites la expresión.
    Llevo cierto tiempo en la universidad y tengo la sensación de que la mitad de lo que enseñan no sirve para nada, sólo para engrosar el coste de las matrículas y justificar más sueldos de profesores. No puedo evitar pensar que no me están preparando para el mercado laboral, ni siquera para el cutre mercado laboral que tenemos, lo cual ya tiene mérito.
    Qué gran invento la universidad, un lugar en el que gente que no quiere trabajar en el mundo real justifica su existencia como profesores y doctores, perpetuando el círculo vicioso.

    Muy interesante el blog.

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  2. Hombre anónimo (mejor ponte un nick ;), no creo que debamos culpar de la decadencia del sistema educativo a los profesores. De hecho, en numerosos casos ellos son los que encabezan movilizaciones contra el sistema, ellos son los que imparten cultura, en ellos no está el problema. Yo diría incluso que en ellos está la solución, pues son los que están en contacto directo con los alumnos y son pues los que pueden abrirles los ojos.
    La decadencia del sistema educativo se debe en mi opinión al propio capitalismo, porque en este sistema no se premia el conocimiento, sino la productividad. Hoy puedes ser muy productivo y mañana puedes no serlo; hoy puedes ser útil y mañana ser una mierda gracias al capitalismo. En el capitalismo la universidad, y en general cualquier centro "educativo", no es más que un caldo de cultivo donde criar la futura mano de obra que alimentará este sistema tan injusto. Por lo tanto, creo que no es justo criticar a los profesores, y sí lo es criticar el sistema capitalista.
    Me alegro de que te guste el blog, espero seguir viéndote por aquí ;).
    ¡Un saludo!

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