Pocas líneas tardan los autores en desprestigiar al movimiento estudiantil que protesta contra ese engendro llamado Plan Bolonia tachándolo de "anti-sistema", como si todos los que estuvimos reunidos con el rector Carlos Berzosa en la Facultad de Filosofía y Letras el pasado viernes lo fuésemos. Evidentemente, habría entre toda aquella multitud numerosos "anti-sistema", pero aún en estos casos hay que puntualizar que estos "anti-sistema" son más bien "anti-estesistema", ya que sí están a favor de tener una forma de funcionar, pero una forma de funcionar distinta de ésta. Por otro lado, se ve la clara intención de los autores del artículo que, conociendo el tipo de público que les lee (derecha liberal-conservadora), saben que con poner la palabra "anti-sistema" van a sembrar el acojone entre sus lectores y, por tanto, el desinterés en la lucha que están llevando a cabo los estudiantes.
Más adelante, podemos leer un párrafo que quita el hipo: "Sin embargo, [los estudiantes]también quieren trabajar, a ser posible como funcionarios, de la Educación o de la burocracia del Estado, quieren emanciparse y viajar, decorar su casa y cenar en un hindú de Lavapiés, quieren permitirse una bohemia idealista un poco más holgada que la que da apenas para la tarjeta pre-pago del móvil, el bonobús, algún que otro libro, algún que otro botellón". Vamos a ver. Efectivamente, los mismos que protestan contra la "mercantilización" de la enseñanza y el "sometimiento a las demandas del mercado laboral" son los que quieren trabajar en un futuro en ese mismo mercado laboral. La cuestión es que quieren hacerlo en unas condiciones dignas, y el Plan Bolonia, mediante la estructuración de la enseñanza en grados, másteres y doctorados; parece que tiene como objetivo todo lo contrario: fabricar precarios en serie que sean rentables para los empresarios que poseen los medios de producción y, en definitiva, el mundo. La mayoría de los que se oponen a Bolonia lo hacen también al modelo neoliberal que impera en la sociedad de hoy, y con una universidad a los pies de las empresas privadas parece difícil que dicho sistema se pueda siquiera cuestionar. Decir también que no todos los estudiantes quieren trabajar como funcionarios, pero aún así, también hay que apuntar que ejercer de profesor en una escuela pública (del Estado) siempre será más digno que escribir artículos estúpidos para un panfleto cuasi-fascistoide como Libertad Digital. Respecto a los del hindú de Lavapiés y el botellón, creo que no tengo que hacer ningún comentario. Son ad hominems que, puestos a seguir la línea editorial de Libertad Digital, no tienen sentido.
Los autores señalan otra "paradoja": "[Los estudiantes]Recelan de la autoridad pero adoran a los profesores". ¿Desde cuando los profesores deben ser una autoridad? Los profesores, y más en la Universidad, no son policías, sino personas con conocimientos cuyo trabajo es transmitirlos y hacer que sus alumnos reflexionen, no hay más. "Autoridad" y "profesor" son dos conceptos que nada tienen que ver, por lo que la "paradoja" de la que hablan Gago y Díaz Villanueva no es tal. Lo de la autoridad se llevaba antes, en tiempos por los que quizá los dos autores sientan cierta nostalgia: el franquismo, ahí los profesores sí que imponían su autoridad a golpe de regla, fabricando una generación que, entre otras cosas, aceptaría por transición un simple continuismo o que daría a luz a periodistas "de la talla" de Gago y de Díaz Villanueva.
Pero desde luego, unas de las líneas que más náusea y decepción provocan es esa que dice que el "presidente del Gobierno, es el mismo al que ha votado la mayoría de los jóvenes y con el que probablemente comparten una cosmovisión radical y colectivista". ¡Vaya morro! Ya me jode bastante que hagan esa afirmación tan banal y generalista, pero si encima la hacen en provecho de sus intereses político-ideológicos la cosa me repatea sobremanera. Claramente, con esta frase los autores persiguen un objetivo: hacer ver que toda esta panda de "anti-sistemas", "radicales" y ultra-rojos son partidarios de Zapatero, ¡para que vea usted lo malo que tiene que ser Zapatero, señora! Así que no vuelva a votarle, y vote por opciones más moderadas como usted y como yo, es decir, vote por el PP. Lo dicho, ¡vaya morro!
Sólo quiero añadir que me parece muy justificada la lucha que se está llevando en todas las universidades del Estado español contra el Plan Bolonia, y que se secunde la huelga que, por lo que aparece en Libertad Digital, está convocada el 8 de mayo.
Qué asco de artículo periodístico, qué manera de ridiculizar las manifestaciones de estudiantes.
ResponderEliminarDe todas formas, me gustaría saber exactamente qué tiene de malo el plan Bolonia. No consigo enterarme en ningún sitio.