viernes, 18 de abril de 2008

MIJAÍL BAKUNIN. El principio del Estado.

Otra cuestión: la creación, tal como salió de las manos de Dios, ¿fue perfecta? Si no lo fue, no podía ser creación de Dios, porque el obrero, es el evangelio mismo el que lo dice, se juzga según el grado de perfección de su obra. Una creación imperfecta supondría necesariamente un creador imperfecto. Por tanto, la creación fue perfecta.
Pero si lo fue, no pudo haber sido creada por nadie, porque la idea de la creación absoluta excluye toda idea de dependencia o de relación. Fuera de ella no podría existir nada. Si el mundo es perfecto, Dios no puede existir.
La creación, responderán los teólogos, fue seguramente perfecta, pero sólo por relación, a todo lo que la naturaleza o los hombres pueden producir, no por relación a Dios. Fue perfecta, sin duda, pero no perfecta como Dios.
Les responderemos de nuevo que la idea de perfección no admite grados, como no los admiten ni la idea de infinito ni la de absoluto. No puede tratarse de más o menos. La perfección es una. Por tanto, si la creación fue menos perfecta que el creador, fue imperfecta. Y entonces volveremos a decir que Dios, creador de un mundo imperfecto, no es más que un creador imperfecto, lo que equivaldría a la negación de Dios. Se ve que de todas maneras, la existencia de Dios es incompatible con la del mundo. Si existe el mundo, Dios no puede existir.

Obra completa aquí.

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